El aire, el sol, la tierra y el agua son los cuatro elementos esenciales. Al entrar en contacto con ellos, recibimos energías que potencian nuestra capacidad autocurativa y nos ayudan a mantener el equilibrio mental y físico. Por eso, conviene ir a su encuentro siempre que podamos.
Aire: energía compartida que nos pone en contacto con la biosfera.
Fuego: el sol ayuda a asimilar vitaminas, contribuye a eliminar toxinas, activa la hipófisis estimulando es sistema endocrino, el metabolismo y la secreción de hormonas sexuales, estimula órganos internos, normaliza el sistema nervioso y fortalece los huesos.
Tierra: es sostén y alimento, el ecosistema que compartimos y que a través de la arcilla posee propiedades curativas casi milagrosas.
Agua: nuestro medio interno en el que conviven células y bacterias, y del que toman alimento y energía.
Jesús García Blanca
Artículo publicado en Cultivar la Salud, Mente Sana, 110, enero 2015
1 comentario:
Me imagino pues, en una isla virgen bañándome en el mar desnudo, comiendo frutas y vegetales sin contaminar, cuando tengo frío enciendo una hoguera y así todos los días cargado de energía, pero un poco aburrido, la energía hay que gastarla para cerrar el círculo, no?
Publicar un comentario