viernes, 22 de octubre de 2021

¿Son los niños un objetivo clave de la Operación Coronavirus?

Tres elementos claves de la falsa pandemia COVID pueden explicarse, analizarse y, lo que es más importante, combatirse, a partir de descubrimientos cruciales del científico austríaco Wilhelm Reich. Sintetizando, esos descubrimientos son: la importancia vital del contacto madre-bebé y la consideración de que el recién nacido sigue siendo un feto durante al menos un año de su vida ya parido; el fenómeno de psicología social que Reich denominó “plaga emocional”; y el destino de los niños del futuro junto con el papel que debíamos jugar sus padres y abuelos en entregarles las herramientas para que pudieran crear un mundo más armónico y acorde con la vida.


Estos tres descubrimientos y los caminos que abrieron para otros investigadores que fueron desarrollándolos tienen una relación directa y dramática con tres elementos fundamentales de la falsa pandemia COVID, la mayor agresión contra la humanidad que podamos recordar, por la extensión de sus efectos a la práctica totalidad del planeta, por la intensidad de las heridas que está provocando y por la trascendencia de sus consecuencias en múltiples campos de la vida humana.

En primer lugar, el trabajo que Reich desarrolló para estudiar el proceso concepción-embarazo-parto-crianza posteriormente desarrollado por otros autores pone en evidencia el origen de la obediencia, es decir, cómo se consigue que la mayoría de las personas acepten sin rechistar las consignas del poder, no hagan preguntas, no se resistan, no busquen alternativas, no cuestionen absolutamente nada por muy lesivo que pueda resultar para ellos mismos o para sus hijos. 

En segundo lugar, la plaga emocional como biopatía crónica que se implanta en el ser humano desde que nace y se manifiesta a nivel individual y social, cuya energía proviene de la frustración y procura a quien la padece un placer sádico y lo predispone contra la vida y la espontaneidad reaccionando con agresividad a las expresiones naturales, pudiendo adquirir proporciones de pandemia como ya lo hizo en la Alemania nazi de los años treinta del siglo XX, o con la inquisición entre los siglos XV a XVII.

Y finalmente parece obvio que si los niños del futuro están destinados a cambiar el mundo y construir otro más armónico con las herramientas emocionales que les demos quienes hemos sido capaces de atisbar la vida que se mueve más allá de nuestros prejuicios y de la opresión que nos asfixia, es lógico que quienes quieren a toda costa mantener sus privilegios como amos del mundo hayan fijado en ellos sus objetivos de manipulación y terror.

Y esta labor nefanda se está llevando a cabo con especial encarnizamiento en los centros educativos que siempre han sido prisiones pero que ahora se han transformado en prisiones de alta seguridad o campos de concentración. Los equipos directivos han confiado en las autoridades políticas, científicas y médicas pensando quizá que están ahí para protegernos. Además, como responsables de los centros están bajo la autoridad de inspectores y demás responsables en las delegaciones provinciales y en la Consejería de turno en cada comunidad autónoma.

Si hay que obligar a los alumnos a llevar mascarilla, se les obliga; si hay que recortar grupos, dividirlos, impedirles relaciones sociales, la famosa “socialización” esgrimida siempre contra las familias que mucho antes de la “pandemia” decidieron no llevar a sus hijos a las escuelas y educarlos ellos mismos, esa famosa “socialización” que ahora se han convertido en un sueño… si hay que tomar temperaturas sin intimidad, si hay que obligarlos a hacerse test, si hay que ponerlos en cuarentena… se hace, aún a costa de perder la dignidad como educadores.

La pregunta es: ¿en qué momento de esta escalada terrible de medidas demenciales sentiréis que algo no va bien, que esto no es como nos lo cuentan, que estáis cruzando líneas rojas que jamás hubiérais cruzado en otras circunstancias? ¿En qué momento vosotros, cómplices por acción u omisión, os planteareis si todo está justificado? ¿En qué mundo estáis condenando a vivir a vuestros alumnos? ¿Qué valores estáis trasmitiendo y qué consecuencias tendrá este desprecio y pisoteo constante de derechos y libertades y en definitiva, esta deshumanización? ¿Cuándo váis a parar y ejercer eso que se supone que se redacta en los Proyectos de Centro y que se supone que se enseña a los alumnos: el pensamiento crítico, la capacidad de no aceptar afirmaciones porque sí o porque lo dice la autoridad y hacerse preguntas que puedan conducir a otro enfoque, a otra visión, a respuestas menos convencionales pero más cercanas a la verdad?

Es posible que muchos de los que vienen actuando de forma cómplice poniendo más o menos empeño en la represión, en la persecución, en la denuncia, en el acoso de sus compañeros no tuvieran al principio información suficiente para poner en duda este comportamiento que roza lo criminal, pero ha llovido mucho desde que esto comenzó, algunos medios de comunicación independientes y honestos hemos investigado, hemos encontrado respuestas y expuesto la verdad; ha habido muchas manifestaciones en todo el mundo, ha habido declaraciones de científicos y médicos honestos de renombre y prestigio internacional, la información crítica circula por las redes sociales enfrentando la censura y el desprestigio y en muchos países, el nuestro entre ellos, se han llevado a cabo iniciativas para informar directamente a los responsables de los centros detallando incluso los delitos que muy posiblemente estáis cometiendo.

No hay excusa pues. Ya no se puede alegar ignorancia. Y tampoco se puede alegar obediencia debida: cada cual es responsable de sus decisiones. Y es muy posible que muchos terminéis pagando un alto precio.

Tenemos por delante una dura tarea. Y la vamos a cumplir hasta el último aliento.

Jesús García Blanca

4 comentarios:

LEO dijo...

Excelente articulo mil felicidades tiene toda la razón el autor

monica contreras dijo...

Soy docente en Venezuela yo ni me vacuno ni vacunare mis hijos de 10 y 12 años vamos a ver qué medidas tienen en la escuela pero no nos pueden obligar

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Dylan V dijo...

Garcia Blanca, has sido una gran influencia para mi, pero cual es la razon de censurar un comentario.