jueves, 29 de agosto de 2013

Por una educación liberadora







Jesús García: `El debate no es educación pública 

contra privada sino por una educación liberadora´


Cualquier cosa que queramos hacer en el sentido de liberar al ser humano de la opresión, darle herramientas para que pueda vivir en libertad, desarrollarse de modo armónico, aspirar a una vida feliz... tenemos que hacerlo fuera del sistema y contra el sistema. Y cuando digo el sistema, me estoy refiriendo a los engranajes que actúan para mantener los privilegios y el poder de los Amos del mundo, engranajes que funcionan en múltiples terrenos: económico, político, mediático, educativo, sanitario... 




La izquierda institucional está al servicio de las instituciones, o lo que es lo mismo, del orden establecido. Dicho de otro modo: no espero nada de ella. En cuanto a la cuestión de fondo, es decir, a la disyuntiva público-privado, yo lo considero un falso debate que, como sucede con todos los falsos debates, tiene la misión de esconder el auténtico debate, el que nos interesa si realmente queremos luchar por una educación liberadora. Si queremos empezar a construir de verdad otro mundo, la pregunta no es en absoluto ¿educación pública o privada? La pregunta es ¿educación para la libertad o educación para la sumisión? 


Entrevista completa en Insurgente.org.

miércoles, 28 de agosto de 2013

La hidromafia

¿Estará pronto el agua potable en manos de unas cuantas multinacionales?




Sólo un 3% del agua del planeta es dulce y de ese porcentaje un 80% está en forma de hielo en los polos y las montañas, un 19% en el subsuelo y un 0,7% en la atmósfera, con lo que solo hay disponible para uso directo un 0,3%. Pues bien, en apenas dos o tres lustros su demanda será el doble de la que hoy se suministra y es previsible que puedan desatarse guerras más violentas que las provocadas en las últimas décadas para hacerse con el petróleo.

De hecho, la Organización Mundial de Comercio, la Banca Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo y otras instituciones financieras han empezado ya en muchos sitios a poner el agua dulce en manos de unas cuantas empresas entre las que destacan Vivendi y Suez o las norteamericanas Bechtel y Monsanto ¿Está naciendo la Hidromafia?

Jesús García Blanca

Artículo publicado en el número 163 (septiembre, 2013) de Discovery DSalud
www.dsalud.com

Artículos relacionados:

Los graves peligros del fluor
Discovery DSalud, 155 (diciembre, 2012).



lunes, 8 de julio de 2013

Psicoterapias liberadoras

¿Qué psicoterapia conviene elegir?

Mientras que algunos enfoques buscan normalizar e integrar al individuo en la sociedad a cualquier coste, las terapias humanistas y ecológicas ayudan a potenciar el crecimiento interior con total respeto por la identidad única de cada persona.



Distinguimos dos grupos  básicos de psicoterapias: las que contribuyen de un modo u otro a someter a la persona y las que tienen como objetivo liberarla. Las primeras conciben los problemas psicológicos y emocionales como una señal de anormalidad, de desvío; identifican lo normal con la salud sin cuestionar el estado de cosas.

Las segundas, por el contrario, parten de la idea de que el ser humano no solo vive en sociedad, sino que su naturaleza profunda es social y, más importante aún, es él quien construye la sociedad en la que vive.

Jesús García Blanca
Artículo publicado en el Dossier sobre Psicoterapias Liberadoras de la revista
Mente Sana, número 94, julio 2013.
http://www.rbarevistas.com/categoria/revista/femeninas/mente_sana

En el mismo número, interesantes artículos de Máximo Sandín, Xavier Serrano, Heike Freire, Ignacio Abellá...

martes, 2 de julio de 2013

Vacunas anti-fertilidad

¿Es el objetivo real de la vacuna anti-fertilidad reducir la población mundial?

En 1972 la OMS, el Banco Mundial y el Fondo de Población de las Naciones Unidas crearon un grupo de trabajo que según uno de sus integrantes, P. D. Griffin, tenía como misión investigar "el desarrollo de vacunas para el control de la natalidad", claro eufemismo para referirse a la vacuna anti-fertilidad en la que la Fundación Rockefeller trabajaba desde 1960 además de financiar numerosos proyectos encaminados a lograr una reducción drástica de la población del planeta.

A este empeño se ha sumado hace unos años la Fundación Bill y Melinda Gates con la colaboración de la Alianza Mundial para las Vacunas e Inmunización, de la que forman parte ambas fundaciones, el propio Banco Mundial y buena parte de la industria farmacéutica.



La Genética mecanicista es la nueva herramienta del Eugenismo, un movimiento que pretendía "la mejora de la especie humana" y ha servido de justificación a discriminaciones, violaciones de derechos humanos, asesinatos y genocidio.

Jesús García Blanca

Artículo publicado en el número 162 (julio-agosto, 2013) de Discovery DSalud
www.dsalud.com

Artículos relacionados:

El modelo médico viola los derechos de las mujeres
Discovery DSalud, 143 (noviembre, 2011).

lunes, 3 de junio de 2013

La pesadilla de los transgénicos

Clarificador y contundente artículo del bioantropólogo Máximo Sandín sobre la crisis alimentaria global y la capacidad destructiva de los transgénicos y sus impulsores.

Web del autor: Somos Bacterias y Virus: http://www.somosbacteriasyvirus.com/
Las imagenes pertenecen a las últimas movilizaciones contra Monsanto.
Galería completa: http://actualidad.rt.com/galerias/actualidad/view/95503-monsanto-gmo-transgenicos?i=118053



LA PESADILLA DE LOS TRANSGÉNICOS
Máximo Sandín


“Si se controla el petróleo, se controla el país; si se controlan los alimentos, se controla a la población”. Henry Kissinger

La diversidad de los cultivos de todo el Mundo se está reduciendo a un ritmo de “extinción masiva”. Según informes de la FAO, en el último siglo se ha perdido el 75% de las variedades agrícolas que se cultivaban habitualmente. Desde el punto de vista ecológico, la pérdida de variedad en cultivos disminuye la capacidad de resistencia y adaptación a los cambios climáticos y a las enfermedades.  Es decir, la Humanidad se puede enfrentar, en pocos años, a una crisis alimentaria global.

Pero, ¿dónde está el origen de esta locura? Veamos algunos datos: La llamada “revolución verde” fue, posiblemente, el primer exponente a gran escala  de la estrecha y profunda relación entre las bases conceptuales del darwinismo y el modelo económico de Adam Smith, y de la similitud de sus consecuencias. Financiada por la Fundación Rockefeller y el Banco Mundial, e impulsada, a partir de los años 50 por Norman Borlaug (que recibió por ello el Premio Nobel de la Paz en 1970) y basada científicamente en el reduccionismo genético darwinista, consistió, esencialmente, en el uso de semillas seleccionadas de alto rendimiento, no importa cuales fueran las condiciones ambientales del terreno, y grandes cantidades de abonos químicos y pesticidas. Aunque, inicialmente se apreció un descenso en la proporción de personas desnutridas en el Tercer Mundo, que se estimó en un 16%, y fue el logro que justificó el Nobel para Borlaug, pronto, los efectos del “libre mercado” y del reduccionismo científico se hicieron patentes. El alto precio de las semillas mejoradas, de los fertilizantes y los pesticidas hizo que muchas pequeñas explotaciones no pudieran competir con los grandes propietarios. Sólo en Estados Unidos, el número de granjas se ha reducido a un tercio y la mayoría de las que hay son grandes empresas mecanizadas, en gran parte, propiedad de multinacionales de la alimentación. Los efectos fueron aún más desastrosos en el Tercer Mundo, en el que la concentración de la tierra en pocas manos ya era considerable, pero, además, aumentaron los precios por el alto costo en productos químicos y maquinaria, que fueron los auténticos beneficiarios de la “revolución”. Sin embargo este es sólo uno de los problemas derivados de la concepción reduccionista y mercantilista de la Naturaleza: la producción comenzó a disminuir en muchas partes y aumentaron las plagas. Como solución, tuvo que aumentarse de forma continua el uso de fertilizantes y plaguicidas. Y esto, para lograr, con suerte, los mismos resultados, porque los abonos químicos destruyen la fertilidad natural del suelo, en la que las bacterias y los hongos tienen un papel fundamental, y además, los plaguicidas “generan” plagas cada vez más resistentes. Con el tiempo, la tierra acaba por perder su capa orgánica y convierte a la tierra en inutilizable.

En otra vuelta de tuerca, desde mediados de los años 90, y también impulsadas por la Fundación Rockefeller, se comenzaron a cultivar semillas modificadas genéticamente y patentadas. El objetivo era claro, como se está demostrando por los resultados, si se consigue implantar este tipo de cultivo se puede llegar a controlar la alimentación mundial. En efecto, en 2009, las cinco mayores compañías agroquímicas, Monsanto, Du Pont, Syngenta, Dow Chemical y Bayer controlaban el 58% de las ventas mundiales de semillas, y diez empresas, el 95%, de las que el 21% eran, entonces, transgénicas. El cebo para atraer a los agricultores consistía en reducir el número de los perniciosos herbicidas que utilizaban en sus cultivos mediante semillas modificadas genéticamente para hacerlas resistentes a un potente y peligroso herbicida, el Glifosato bajo el nombre comercial de Roundup, que sería el único herbicida necesario. Esto obligaba a los agricultores a comprar a estas compañías los dos productos. Para asegurar las ventas anuales, Monsanto obligaba a firmar a sus clientes un contrato draconiano por el que se comprometían a no replantar, como se hacía tradicionalmente,  las semillas producidas y a comprarlas de nuevo al año siguiente. Por si esta estrategia no fuera suficientemente indicativa de sus verdaderas intenciones, después de persecuciones y presiones vergonzosas de tipo mafioso a los agricultores que utilizaban sus semillas para replantar, Monsanto introdujo un nuevo “monstruo” genético en sus semillas: el “gen terminator”, una secuencia genética que convertía a las semillas procedentes de sus cultivos en estériles.

El siguiente paso, una vez controlado el mercado de las semillas, fue subir progresivamente su precio. Por ejemplo,  el precio de semillas por acre cultivado (Fuente: USDA Economic Research Service) subió de 1975 a 2011 de 8,32 dólares a 56,58 para la soja, de 9,30 a 86,16 para el maíz, etc., lo que provocó la ruina de millones de pequeños agricultores en todo el mundo (principalmente en la India y Latinoamérica), al no poder hacer frente a los crecientes gastos. La consecuencia: una nueva expansión de grandes monocultivos industrializados pertenecientes a grandes corporaciones, también muchas veces de las propias compañías de semillas y agroquímicos. Actualmente, estas grandes compañías están comprando las mejores tierras de África para este tipo de cultivos, alejando aún más a la población de sus posibilidades de acceso a la alimentación. Un alejamiento acentuado porque productos básicos en la alimentación como trigo, maíz, azúcar… han pasado a cotizar en la Bolsa (véase la Bolsa de Chicago), donde se especula con los precios contando con información privilegiada procedente de los satélites artificiales.

Parece que ya tienen muy avanzado su objetivo. Pero esa es sólo una parte del problema, por grave que sea. La Evaluación Internacional del Papel del Conocimiento, Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (IAASTD), llevada a cabo por más de 400 científicos independientes durante más de 4 años, han afirmado categóricamente que el futuro de la seguridad alimentaria no se encuentra en la ingeniería genética. “La ingeniería genética es una tecnología imprevisible, ya que se basa en malas prácticas científicas, reducionista y mecanicista, que no tiene en cuenta la complejidad y la autoorganización de los seres vivos”. El término “científico independiente” produce una cierta inquietud, porque implica que hay científicos “dependientes”, pero veamos en qué se basan esas afirmaciones: los datos científicos sobre la naturaleza y el control de la información genética están mostrando que es de una enorme complejidad imposible de controlar. Una secuencia genética puede dar lugar a cientos o miles de proteínas diferentes mediante la combinación de sus componentes en función de las condiciones ambientales. Por otra parte, su “significado” está controlado por el conjunto del genoma, por lo que la misma secuencia puede tener funciones diferentes según el organismo en que se exprese (se han encontrado en los erizos de mar y en las anémonas “genes” supuestamente relacionados en el hombre con enfermedades como distrofia muscular, corea de Huntington… incluso un supuesto “gen”  responsable del cáncer de mama). El reflejo de estos fenómenos en las prácticas de la llamada “ingeniería” genética se pudo comprobar, por ejemplo, cuando se intentó transferir el “gen” del pigmento rojo del maíz a la petunia; las flores se pusieron rojas, pero además las plantas tenían más brotes, más hojas, mayor resistencia a los hongos y baja fertilidad. Pero entre las consecuencias no buscadas, una muy digna de tener en cuenta son los nuevos productos derivados de una alteración genética no natural. Proteínas producidas por plantas modificadas genéticamente han mostrado tener una alta concentración de metabolitos tóxicos que han producido fuertes reacciones alérgicas y, en algunos casos, como en de la producción de L-Triptófano, “suplemento dietético” que se obtuvo en Estados Unidos a partir de bacterias modificadas genéticamente, la muerte de 37 personas y más de 1500 con daños permanentes. Y lo difícil es reconocer los efectos acumulativos o de consecuencias a largo plazo de estas proteínas “artificiales”. El 19 de Mayo 2009, la Academia Americana de Medicina Ambiental emitió un comunicado que, al parecer, pasó desapercibido para los medios de comunicación, en el que concluían: “hay más que asociaciones casuales entre los alimentos GM y efectos adversos en la salud” y que “los alimentos GM representan un serio riesgo en las áreas de la toxicología, alergias, la función inmune, la salud reproductiva, metabólica, fisiológica y genética”.

Por si estos peligros no fueran suficientes, el herbicida Roundup, derivado del “Agente naranja”, ya  producido por Monsanto y Dow Chemical, que devastó las selvas de Vietnam   y produjo graves malformaciones e incluso caída de la piel en miles de vietnamitas, está mostrando unos efectos cada día más alarmantes. Además de destruir la biodiversidad de plantas silvestres, como ha denunciado repetidamente la activista india Vandana Shiva, ha resultado, como era de esperarse, tóxico para las personas y animales en contacto con él o que consuman productos rociados con este herbicida. Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Berkeley en 1999 “revela evidencias actualizadas de daños pulmonares, palpitaciones, náuseas, problemas de fertilidad, anomalías cromosómicas y otros muchos efectos sobre la salud debido a la exposición al herbicida Roundup”.

Existen centenares de estudios científicos muy bien documentados sobre todos estos aspectos que, extrañamente, o quizás, no tanto, si tenemos en cuenta el inmenso poder económico y, por tanto, político, de las grandes corporaciones de los transgénicos (que, mediante la política de “puertas giratorias” se han infiltrado en los organismos internacionales),  son ignorados por los grandes medios de información, incluidas revistas científicas “prestigiosas”, y cuando alguno de ellos logra llegar a la opinión pública es ferozmente atacado y devaluado científicamente por los “rigurosos”  e “imparciales” medios “oficiales”, como ha ocurrido recientemente con un estudio que demostraba fehacientemente que el consumo de maíz transgénico provocaba, a largo plazo, cáncer en ratones.  Pero hay algunos que, por su repercusión económica, que es, al parecer, la única que resulta digna de atención, sí ha llegado a los medios de comunicación: en 2009, en Estados Unidos, una planta considerada como “mala hierba”, el amaranto, una planta sagrada en las culturas precolombinas y con un considerable aporte proteico, adquirió, por “transferencia horizontal” el “gen” de resistencia al Glifosato de la soja transgénica e “invadió” los cultivos (una especie de “justicia poética”), con lo que, en aquellas fechas, tuvieron que abandonar 5.000 hectáreas de cultivo y otras 50.000 estaban gravemente amenazadas. Esta “contaminación genética” ya ha dado muestras de su peligro en otras ocasiones: en 2011 se informó de que el gusano del maíz había desarrollado resistencia a la proteína Bt del maíz transgénico de Monsanto, que contiene una proteína de la bacteria Bacillus thuringiensis tóxica para el gusano. Es decir, los “genes” introducidos en los organismos transgénicos mediante bacterias, virus y plásmidos escapan de las plantas y  pasan  otros organismos y a las bacterias del suelo, ya que están optimizados para transferir información genética.

Y este es uno de los más graves peligros de estas prácticas de supuesta “ingeniería” genética a los que nos enfrentamos, porque las consecuencias de esta “contaminación genética” son imprevisibles. Los suelos están repletos de millones de bacterias y virus que intercambian información genética y cumplen una función esencial en los ecosistemas. Se han estimado hasta cien millones de bacterias por gramo de tierra, sin las cuales no podrían existir las plantas. Las bacterias del suelo “reciclan” los productos de desecho y los organismos muertos y “limpian” las sustancias tóxicas y hacen disponible el nitrógeno de la atmósfera para las plantas. Entre ellas siempre están los virus, en una cantidad entre cinco y veinticinco veces mayor, que son, junto con los plásmidos bacterianos,  los que intercambian información genética entre las bacterias y controlan sus ecosistemas. Sencillamente, no podemos prever a dónde nos va a llevar este envenenamiento progresivo de los ecosistemas terrestres, pero seguramente las consecuencias no van a ser precisamente positivas.


Una información más, para finalizar. En el resto de Europa, los transgénicos están desapareciendo por el rechazo político y social. En Alemania, el maíz transgénico Bt de Monsanto está prohibido por la constatación de que contaminaba campos vecinos, y se han encontrado restos de maíz transgénico en la miel de las abejas de la zona además de que también mataba a abejas, mariposas y otros insectos. En España, no se puede saber si por ignorancia o por corrupción de sus responsables (no se puede decir cuál de los motivos es peor), sólo de maíz, hay más de 116.000 hectáreas de cultivos transgénicos, en las que se experimenta con más de 16 variedades, y se importan millones de toneladas de soja transgénica. También se está experimentando con el cultivo de patatas transgénicas, y las mieles contaminadas por transgénicos están causando el rechazo a este producto en Europa.

Las pesadillas tienen la ventaja de que se puede despertar. En nuestro caso, no podemos despertar, porque se trata de una terrible realidad. Y si no nos enfrentamos con decisión a este envenenamiento ecológico, orgánico y mental a que nos tienen sometidos las grandes corporaciones y sus acólitos, el futuro de nuestros hijos estará gravemente comprometido.

Me voy a permitir finalizar con un comunicado emitido por el Foro Internacional Sobre Soberanía Alimentaria del año 2002: «La Soberanía Alimentaria es el derecho de los pueblos, comunidades y países a definir sus propias políticas agrícolas, pesqueras, alimentarias y de tierra que sean ecológica, social, económica y culturalmente apropiadas a sus circunstancias únicas. Esto incluye el verdadero derecho a la alimentación y a producir los alimentos, lo que significa que todos los pueblos tienen el derecho a una alimentación sana, nutritiva y culturalmente apropiada, y a la capacidad para mantenerse a sí mismos y a sus sociedades».

lunes, 27 de mayo de 2013

¿Quién está detrás del Codex Alimentarius?

Las directrices impuestas por el Codex Alimentarius y la OMC benefician al modelo médico dominante reforzando sus dogmas y criminalizando las terapias naturales y tradicionales.


El Codex Alimentarius se presenta en su propia página web como una institución creada por la Organización Mundial de la Salud y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura con el fin de establecer criterios internacionales que regulen la producción y comercialización de alimentos con vistas a velar por la salud de los consumidores.

Sin embargo, son numerosas las evidencias que apuntan a que más bien se trata de un instrumento de poder en manos de las mismas familias que crearon el imperio de la industria farmacéutica y actualmente controlan también la industria alimentaria y la biotecnológica ejerciendo una influencia destructiva determinante


Y el engranaje en el que está atrapada la alimentación mundial tiene otras piezas. Es el caso del papel protagonista que juega otro organismo internacional creado por los dirigentes de las grandes corporaciones y entidades financieras y que se caracteriza por su total falta de transparencia: la Organización Mundial de Comercio.


Jesús García Blanca.

Artículo publicado en el número 161 (junio, 2013) de Discovery DSalud.
www.dsalud.com

Artículos relacionados:

martes, 7 de mayo de 2013

El retorno de Ishtar


Alabada sea Ishtar, 
henchida de vitalidad, 
encanto y voluptuosidad; 
de labios dulces, hay vida en su boca.

Son palabras escritas hace más de tres mil años en unas tablillas de la biblioteca de Asurbanipal, en Mesopotamia, la tierra entre ríos, el creciente fértil, donde las aguas del Tigris y el Eúfrates hicieron brotar numerosas ciudades en las que se establecieron pueblos nómadas llegados de las montañas o del desierto, y que fueron acompasando el ritmo de sus vidas y sus tradiciones a los ciclos de la agricultura.


Jesús García Blanca
Artículo publicado en la revista Mente Sana, número 92, mayo 2013.
http://www.rbarevistas.com/categoria/revista/femeninas/mente_sana


En el mismo número:

Recuperar nuestra humanidad
Xavier Torró
Ser "humano" significa estar en contacto profundo con uno mismo y con los demás.
Para ello es necesario recuperar nuestra capacidad de placer, integrar valores éticos en nuestra conciencia
y transformar la competitividad en colaboración.

El papel del padre
Xavier Serrano
Los hombres, en colaboración con la madre y el resto de la "tribu", deben de ser conscientes de su nuevo rol para que los hijos se desarrollen como personas completas y felices en un sistema ecológico en el que impere el apoyo, el respeto y el reconocimiento a la función de cada cual.

DOSSIER SALUD: Vencer el cansancio
Artículos de Carme Valls-Llovet, Corina Hourcade Bellocq, Enric Costa y Pilar Parra.

sábado, 27 de abril de 2013

Big Food: contaminación y corrupción


Adulteración y contaminación intencionada del agua y los alimentos
CIENTÍFICOS CENSURADOS POR DENUNCIARLO




Algunas multinacionales están adulterando y contaminando alimentos y suministros de agua amparadas por leyes que permiten incluso encarcelar a quienes se atrevan a criticar sus productos una vez los han aprobado los gobiernos.

Así lo denuncia el microbiólogo Shiv Chopra, asegurando que son ya 76 millones de personas en Estados Unidos las que padecen cada año infecciones de origen alimentario de las que 5.000 mueren; añadiendo que en Canadá la tercera parte de la población sufre asimismo patologías originadas por la alimentación.

Cada vez son más lo científicos perseguidos por denunciar un peligro que solo se explica porque la corrupción alcanza incluso a la judicatura.

Según la FAO, 868 millones de personas sufren hambre y desnutrición; mientras que según la OMS hay 1400 millones de adultos mayores de 20 años con exceso de peso de los que 500 millones son obesos.

Relatamos los casos de Shiv Chopra, Arpad Pusztai, Ignacio Chapela, Andrés Carrasco y Gilles-Eric Seralini, cinco científicos de primera línea censurados y presionados por desvelar los peligros de hormonas, antibióticos, pesticidas, residuos de mataderos y organismos modificados genéticamente, y poner de manifiesto la corrupción existente en instituciones, organismos internacionales y gobiernos.


Jesús García Blanca.

Artículo publicado en el número 160 (mayo, 2013) de Discovery DSalud.
www.dsalud.com

sábado, 30 de marzo de 2013

¿Qué hay detrás de la privatización sanitaria?


Que la Sanidad es ante todo un negocio no es ya discutible. Por eso quienes viven de hacer negocios decidieron hace unos años introducirse en los sistemas sanitarios de los estados que cuentan con atención sanitaria gratuita y grandes infraestructuras y medios a fin de aprovecharlas en su propio beneficio.

Una posibilidad que en España entreabrió en 1997 la Ley de habilitación de nuevas formas de gestión del Sistema Nacional de Salud. ¿Qué se esconde tras ella? ¿Quienes están detrás de la operación? ¿Realmente va todo mejor cuando la gestión de un hospital es privada, o en realidad los beneficios son mayores porque se despide personal y se hace trabajar a destajo a los que quedan? ¿No será que el problema del despilfarro -si existe- es porque en los centros sanitarios públicos hay actualmente también muchos abusos y corruptelas?



EL SISTEMA NACIONAL DE SALUD NO ES UN SERVICIO PÚBLICO

Si por servicio público entendemos la prestación de un servicio a los ciudadanos por parte de la Administración en el que el objetivo sea la necesidad o el derecho de éstos, sin que la propia Administración ni ninguna otra entidad o persona obtenga un beneficio particular, parece muy claro que ni el Sistema Nacional de Salud español, ni la inmensa mayoría por no decir todos los sistemas sanitarios del mundo pueden considerarse un servicio público, ya que desde su mismo origen nacieron impulsados por intereses económicos de quienes estaban creando el actual imperio de multinacionales de la farmacia que continúa modelando decisivamente las políticas sanitarias de todo el mundo.

Jesús García Blanca
Artículo publicado en Discovery DSalud 159 (Abril, 2013).


EN EL MISMO NÚMERO:
Jesús García Blanca. Guerra global contra Monsanto. Discovery DSalud, 159, Abril, 2013.


ARTÍCULOS RELACIONADOS:
Jesús García Blanca. Inevitable colapso del Sistema Sanitario. Discovery DSalud, 150, Junio, 2012.





jueves, 28 de marzo de 2013

Guerra global contra Monsanto


España, país europeo con más cultivos transgénicos



Monsanto es la primera multinacional fabricante de transgénicos y además -según el grupo ETC- la principal empresa de semillas del mundo, ocupando ya el quinto lugar en la producción de agroquímicos a pesar de que cada año se acumulan más denuncias contra ella porque sus semillas y transgénicos se relacionan cada vez más con enfermedades, muertes, contaminación, destrucción del medio ambiente, privatización de tierras, amenazas a campesinos y desplazamientos de pueblos indígenas.

Hay iniciativas populares surgidas en Iberoamérica (Argentina, Brasil, Perú, Colombia, Guatemala y Haití), la India, África, Europa y Estados Unidos, puestas en marcha para luchar contra una multinacional que no ha dudado en imponerse a la comunidad internacional usando su poder económico y político.


Los gobiernos españoles -tanto los del PSOE como los del PP- se han puesto simple y llanamente al servicio de las multinacionales como Monsanto, siguiendo instrucciones del gobierno estadounidense. Somos el único país de Europa con cultivos transgénicos a gran escala y, peor aún, el mayor campo de experimentación de las empresas de biotecnología. El gobierno español dedica sesenta veces más dinero a financiar transgénicos que a investigar en agricultura ecológica.



Jesús García Blanca.

Artículo publicado en el número 159 (abril, 2013) de Discovery DSalud.

martes, 29 de enero de 2013

Cobayas de las multinacionales


Todos somos ya cobayas de las multinacionales farmacéuticas


Entre los dirigentes nazis juzgados en Nüremberg tras la II Guerra Mundial había varios responsables de las industrias químicas y farmacéuticas alemanas que fueron procesados por su implicación en la guerra y por realizar horribles experimentos con prisioneros.

Un horror que daría lugar a la aprobación de un código ético para limitar la experimentación con seres humanos que se complementaría en 1964 por la Asociación Médica Mundial con la llamada Declaración de Helsinki.

Pues bien, ni esos documentos ni los aprobados posteriormente han impedido la realidad actual: las grandes multinacionales farmacéuticas, mediante presiones, engaños y manipulaciones, han convertido el planeta entero en un gigantesco laboratorio y a su población en un ejército de cobayas.


El control de la información sanitaria, tanto en los grandes medios de comunicación como en las revistas científicas y especializadas, está en manos de unos cuantos grupos que manipulan a su antojo a la opinión pública y a los profesionales de la salud.

Una comisión de investigación encargada por Barak Obama constató que en 2010 se realizaron 50.000 ensayos clínicos financiados por 18 departamentos o agencias federales estadounidenses y ninguno de ellos pudo aportar información sobre el número de personas involucradas o dar detalles del desarrollo de los experimentos; ni siquiera de los fondos empleados o del lugar en que se realizaban

Apenas unos cuantos grupos de poder determinan las líneas clave de toda la investigación y formación sanitaria potenciando aquellas ideas, teorías y planteamientos que favorecen sus propósitos y marginando, desechando o desacreditando las que les perjudican.

Jesús García Blanca.

Artículo publicado en el número 157 (febrero, 2013) de Discovery DSalud.



viernes, 28 de diciembre de 2012

¿Estamos conectados con la Biosfera?

Bioelectromagnetismo y salud



En 1951 el físico alemán Winfried Otto Schumann predijo mediante cálculos matemáticos la existencia de una resonancia magnética entre la superficie de la Tierra y la Ionosfera. Posteriores estudios confirmarían su hipótesis y apuntarían que esa resonancia -que terminaría conociéndose como Resonancia Schumann- podría ser la conexión entre el campo magnético de la Tierra y los campos magnéticos de los seres humanos, teniendo ello incidencia en nuestros procesos vitales y, por tanto, en nuestra salud.

Un elemento clave de esa conexión es la glándula pineal, órgano situado en el centro del cerebro que es precisamente el encargado de segregar melatonina -hormona con complejas funciones biológicas entre las que destaca la regulación de nuestros biorritmos- y dimetiltriptamina (DMT) -sustancia natural considerada el más potente alucinógeno que existe-.

Lewis Hainsworth constató que las radiaciones electromagnéticas de extremadamente baja frecuencia pueden producir desordenes mentales, conductas antisociales, perturbaciones neurológicas y somatización de esos estados alterados así como procesos de crecimiento anormal de tejidos e inmunodeficiencia. Entre otras cosas porque interfieren en la Resonancia Schumann.


Jesús García Blanca.

Artículo publicado en el número 156 (enero, 2013) de Discovery DSalud.