
Antes de comenzar el primer capítulo de su libro “Desinformación. Cómo los medios ocultan el mundo”, Pascual Serrano cita a Lewis Carroll:
—Cuando digo una palabra –dijo Humpty Dumpty-, ésta quiere decir lo que quiero que diga, ni más ni menos.
—La pregunta es –insistió Alicia- si se puede hacer que las palabras puedan decir tantas cosas diferentes.
—La pregunta –dijo Humpty Damptye-, es saber quién es el que manda... eso es todo.
Desgraciadamente, el diario Público se suma a la lista de medios de comunicación que –haciendo uso de las técnicas que Serrano disecciona en su exhaustivo manual- vienen apoyando el Montaje VIH/SIDA por acción u omisión.
Con motivo de las protestas que determinados grupúsculos han hecho circular en algún foro de internet en relación con las VI Jornadas de Medicina y Filosofía de la Universidad de Sevilla y puesto que se mencionaba mi nombre, el diario Público se puso en contacto conmigo para solicitarme una entrevista. En una breve conversación telefónica le pedí a la periodista Olivia Caballar que me enviara las preguntas por correo electrónico y que yo adaptaría mi respuesta a la extensión que me exigieran, para evitar recortes que pudieran conducir a interpretaciones erróneas. Transcribo a continuación las cinco preguntas y las respuestas que le envié ateniéndome a la brevedad que me pedían:
CUESTIONARIO ENVIADO AL DIARIO PÚBLICO:
—¿Por qué te invitan a las jornadas?
—Por ser el autor de “El rapto de Higea”. En este libro resumo más de veinte años de investigación en Ecología, Educación y Salud, describo la crisis global de los sistemas sanitarios y analizo los mecanismos de poder que operan en el terreno de la salud y la enfermedad. “El rapto de Higea” le llegó al Coordinador de las Jornadas de Sevilla, el profesor José Ordóñez, a través de un amigo común, el doctor en filosofía Emmanuel Lizcano. Tras su lectura, me propuso participar en las Jornadas y debatir sobre sus contenidos.
—¿Cuál es tu teoría sobre el sida?
—Que no es una enfermedad, sino un “Dispositivo de Poder”, un montaje puesto en marcha en 1981 por los CDC estadounidenses. Desde 1993 he leído decenas de libros y he traducido y analizado cientos de artículos científicos. También he asistido a cursos con inmunólogos, virólogos y médicos de prestigio internacional. He mantenido contacto con afectados, periodistas, abogados e investigadores de distintas especialidades. Mi conclusión –hasta que me demuestren lo contrario con argumentos- es que nadie ha aislado el “VIH” ni establecido una causa viral para el “SIDA”, que los supuestos “tests de VIH” no han sido validados, que los “recuentos de CD4” y “mediciones de carga viral” carecen de base técnica o biológica, y que los “antivirales” son potentes tóxicos tendencialmente mortales que están causando enormes problemas de salud y parte de las muertes atribuidas al “SIDA”.
—¿Qué opinas de las quejas de que la Universidad dé voz a negacionistas del sida?
—A lo largo de la historia siempre han existido fanáticos que se aferraban a las ideas establecidas y pioneros que las cuestionaban. Estos grupos autodenominados “escépticos” se descalifican ellos mismos al atacar a la Universidad por potenciar el debate y las ideas críticas. Son lo que Lizcano llama “fundamentalistas científicos”: han convertido en dogma determinadas teorías y reaccionan violentamente cuando alguien se atreve a hacer lo que precisamente preconiza la Ciencia: cuestionar, dudar, exigir pruebas, aportar hipótesis alternativas, pedir el debate. Esta claro que muchos ven peligrar su estatus social y profesional.
—Los estudios científicos sostienen que el VIH causa el sida. ¿Puedes demostrar científicamente lo contrario?
—Sí, a pesar de que la carga de la prueba la tiene quien afirma. El científico que propone una teoría debe aportar pruebas de que es válida. Y los demás están obligados a exigirlas y comprobar que su teoría es acertada o proponer teorías alternativas. Estas ideas que parecen tan lógicas, elementales y aceptadas ampliamente, se ven pulverizadas inmediatamente en cuanto se habla de SIDA. Sin embargo, los científicos críticos han cumplido con su obligación: generar y publicar la documentación científica que evidencia las mentiras y errores oficialistas, y proponer explicaciones rigurosas.
—Las quejas también dicen que vosotros no tenéis formación para hablar del tema. ¿Qué opinas sobre eso?
—Que no es cierto, en mi caso precisamente tengo la formación y titulación académica adecuada así como la experiencia necesaria para trasmitir información. De hecho, llevo más de 25 años explicando a mis alumnos las teorías que han desarrollado los científicos, los matemáticos, los historiadores o los lingüistas. Esa es mi profesión y esa ha sido mi intención al editar el libro: explicar lo que he aprendido durante años con el máximo rigor y honestidad.
Pedía a la periodista que me enviara el texto final y poco después recibí esto:
Sostienen, en contra de la comunidad científica, que el sida es un negocio, que el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) no desarrolla la enfermedad, que se trata, sin más, de un engaño de los poderosos y la industria farmacéutica. Son un grupo muy reducido, pero su presencia en foros y conferencias cada vez es mayor. Entre hoy y mañana, varios seguidores del negacionismo del sida, como Jesús García Blanca o Alfredo Embid, participarán en unas jornadas sobre medicina y filosofía organizadas en la Universidad de Sevilla.
Su asistencia ha generado malestar en diversos sectores científicos de la comunidad universitaria, que han pedido al rector, a través de correos electrónicos, que impida que el mensaje negacionista sea difundido desde su ámbito: "Nos preocupa profundamente que en pleno siglo XXI, cuando la ciencia ya ha demostrado sobradamente el carácter infeccioso del VIH-SIDA y la relación entre ambos, conocidas sus formas de transmisión y prevención (...) la Universidad dé cobijo a encuentros de carácter presuntamente científico", dicen los e-mails.
La Universidad como institución, según acalaró un portavoz de prensa, cree que las protestas son "exageradas" y por eso no ha adoptado ninguna medida. "[Las protestas] son fruto de la ignorancia y la desinformación; no sé si estas personas van a hablar o no del sida y no sé quién lleva razón porque no soy científico", dijo en conversación telefónica con Público el coordinador de las jornadas, José Ordóñez García, profesor de Filosofía de la Universidad de Sevilla. ¿Invitaría a un negacionista del holocausto? "No tiene nada que ver la evidencia científica con la evidencia histórica", respondió.
Los ponentes
Uno de los participantes, Jesús García Blanca, atribuye las críticas a "grupos autodenominados escépticos". "Han convertido en dogma determinadas teorías y reaccionan violentamente cuando alguien se atreve a hacer lo que precisamente preconiza la ciencia: cuestionar, dudar, exigir pruebas, aportar hipótesis alternativas, pedir el debate. Está claro que muchos ven peligrar su estatus social y profesional", denuncia García Blanca, maestro de profesión y autor de varios libros, a través de un cuestionario enviado por correo electrónico.
¿Puede demostrar científicamente lo contrario? "Sí, a pesar de que la carga de la prueba la tiene quien afirma. Estas ideas que parecen tan lógicas, elementales y aceptadas se ven inmediatamente pulverizadas en cuanto se habla de sida. Sin embargo, los científicos críticos han cumplido con su obligación: generar y publicar la documentación que evidencia las mentiras y errores oficialistas", afirma García Blanca, que, entre otras cuestiones, sostiene que los "antivirales son potentes tóxicos tendencialmente mortales".
Envié entonces otro correo a la periodista con el fin de precisar algunos elementos de la noticia que evidentemente no tenía mucho de objetivos y que preferí atribuir a su desconocimiento del tema.
COMENTARIOS ENVIADOS AL DIARIO:
Unas precisiones que pueden clarificar mejor la noticia:
-- Los planteamientos críticos no son "en contra de la comunidad científica", sino de unos científicos en contra de otros; con lo cual lo que yo u otros trasmitimos lo dicen científicos.
-- El montaje SIDA no es únicamente un negocio montado por la industria farmacéutica (que también) sino que están implicadas instituciones sanitarias norteamericanas y otros grupos de poder.
-- Los críticos no son un "grupo muy reducido". La declaración que está colgada en internet pidiendo que se debata la hipótesis oficial tiene casi cuatro mil firmantes de numerosas especialidades científicas y médicas.
-- El término "negacionismo" es despectivo y un intento de los oficialistas de desacreditar nuestras críticas y hacerlas aparecer como no cientíicas, cuando en realidad es al contrario, los críticos son los rigurosos y los oficialistas los que se niegan al debate.
-- No tengo información concreta sobre quienes han pedido al rector que intervenga contra las Jornadas, pero lo que he visto en la red no se puede describir como "sectores científicos", mas bien hay un correo electrónico que cualquiera puede firmar.
La periodista me contesto que le pasaría los comentarios a sus “jefes”, que estaban “remaquetando”.
La noticia se publicó finalmente así:
La universidad da voz a negacionistas del sida
Unas jornadas en Sevilla causan malestar entre los científicos
Sostienen, en contra de la comunidad científica, que el sida es un negocio, que el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) no provoca la enfermedad, que se trata, sin más, de un engaño de los poderosos y la industria farmacéutica. Son un grupo muy reducido, pero su presencia en foros y conferencias cada vez es mayor. Entre hoy y mañana, varios seguidores del negacionismo del sida, como Jesús García Blanca o Alfredo Embid, participarán en unas jornadas sobre medicina y filosofía organizadas en la Universidad de Sevilla.
Su asistencia ha generado malestar en diversos sectores científicos de la comunidad universitaria, que han pedido al rector, a través de correos electrónicos, que impida que el mensaje negacionista sea difundido desde su ámbito: "Nos preocupa profundamente que en pleno siglo XXI, cuando la ciencia ya ha demostrado sobradamente el carácter infeccioso del VIH-sida y la relación entre ambos, conocidas sus formas de transmisión y prevención [...], la universidad dé cobijo a encuentros de carácter presuntamente científico", dicen los correos electrónicos.
La universidad como institución, según aclaró un portavoz de prensa, cree que las protestas son "exageradas" y por eso no ha adoptado ninguna medida. "Son fruto de la ignorancia y la desinformación; no sé si estas personas van a hablar o no del sida y no sé quién lleva razón porque no soy científico", dijo en conversación telefónica con Público el coordinador de las jornadas, José Ordóñez García, profesor de Filosofía de la Universidad de Sevilla.
¿Invitaría a un negacionista del Holocausto? "No tiene nada que ver la evidencia científica con la evidencia histórica", respondió.
Los ponentes
Uno de los participantes, Jesús García Blanca, atribuye las críticas a "grupos autodenominados escépticos. Han convertido en dogma determinadas teorías y reaccionan violentamente cuando alguien se atreve a hacer lo que precisamente preconiza la ciencia: cuestionar, dudar, exigir pruebas, aportar hipótesis alternativas, pedir el debate. Está claro que muchos ven peligrar su estatus social y profesional", denuncia García Blanca, maestro de profesión y autor de varios libros, a través de un cuestionario enviado por correo electrónico. García Blanca también asegura que los "antivirales son potentes tóxicos tendencialmente mortales".
El negacionismo del sida no es, simplemente, cuestión de fe. Thabo Mbeki, presidente de Suráfrica de 1999 a 2008, siguió las teorías de un reducido grupo de científicos disidentes en este campo que pensaban que el VIH no provocaba el sida y, según un estudio de la Universidad de Harvard, durante su mandato, un total de 365.000 niños surafricanos murieron por la falta de tratamiento adecuado.
http://www.publico.es/ciencias/342614/la-universidad-da-voz-a-negacionistas-del-sida
Ahora vuelvan a leer la noticia fijándose en estos elementos:
- En el titular la palabra negacionistas aparece sin comillas, es decir, que el diario asume el calificativo como propio.
- En la entradilla se alude a "los" científicos.
- Se inicia el texto de la noticia diciendo "en contra de la Comunidad Científica", como si no estuviéramos ante una controversia entre científicos.
- Se insiste en que las posiciones de los críticos se refieren únicamente a negocio de las farmacéuticas.
- Se recortan breves frases extraídas de mi cuestionario y se colocan sin contexto alguno.
- Una frase clave que busca dejar sutilmente claro que los críticos no son científicos: "El negacionismo del sida no es simplemente cuestión de fe".
- Y el remate final: miles de niños muertos por culpa del presidente que creyó las tesis negacionistas: es de suponer que esta "noticia" está perfectamente contrastada.
Y todo esto ocurre en el diario que se presentó con esta declaración de intenciones en boca de su editor: "progresista, de izquierdas, popular, democrático radical, pero respetuoso".