jueves, 3 de septiembre de 2020

Un grito



El plástico es un límite sin límites, una frontera de absoluta crueldad porque puedes ver el otro lado, puedes sentirlo, pero no puedes tocarlo.

El plástico permite la visión y el movimiento pero impide el contacto; el plástico impone el sin tacto, pero no a ciegas: los dos seres que se ven separados por el plástico pueden contemplarse aunque deformes, distorsionados; pueden verse, pero no tocarse.

El plástico es una capa de silencio que envuelve la piel, que a su vez es el órgano más sensible de contacto con el exterior y con el otro.

Y en el caso de la madre-cachorro, de la madre-criatura, la piel es la continuación del universo líquido de la vida salvaje sin palabras.

La piel es la superficie viva del contacto con tacto.

Y el plástico es una privación de los sentidos, una agresión invisible que separa, que mantiene las pieles a menos de un milímetro de distancia que se traduce en un abismo inconmensurable de sufrimiento.

El abismo de la separación emocional, el vértigo de la caída sin tacto, del ahogo insoportable del vacío… transforma la vida en un sinsentido de máquinas plastificadas, aisladas, desconectadas… bolsas de angustia sin expresión.

Los seres presuntamente vivos no humanos del futuro.



Los negacionistas son Ellos



Wikipedia: “el negacionismo es exhibido por individuos que eligen negar la realidad para evadir una verdad incómoda”.




Los capataces de los Amos del Mundo y sus secuaces cuya cabeza visible es la OMS financiada por la Alianza GAVI para imponer las vacunas en todo el planeta, o la Fundación Bill y Melinda Gates y las multinacionales farmacéuticas, pero que también incluyen a los grandes medios de comunicación y responsables políticos y sanitarios a diferentes niveles, han montado o son cómplices de una falsa pandemia criminal basada en un falso virus… pero lo niegan. Son NEGACIONISTAS.

Los test que se utilizan (PCR y otros) carecen de base científica, médica o técnica… pero ellos lo niegan. Son NEGACIONISTAS.

Las cifras que proceden de esos test y que sirven para hablar de “casos”, “infectados”, “rebrotes” o “muertos por el coronavirus” carecen de fundamento… pero ellos lo niegan. Son NEGACIONISTAS.

La mayoría de los enfermos y fallecidos lo han sido por la gripe… pero ellos lo niegan. Son NEGACIONISTAS.

Protocolos y tratamientos inadecuados han provocado gran cantidad de problemas de salud y muertes… pero ellos lo niegan. Son NEGACIONISTAS.

Las medidas tomadas para luchar contra un falso virus y contener una falsa pandemia: encierros, aislamientos, cierres de fronteras, mascarillas, desinfectantes, distancia social… no solo no han servido para nada positivo, sino que han sido contraproducentes y provocado el pisoteo de derechos fundamentales y libertades consolidadas, la caída de economías, personas en el paro y un sin fin de consecuencias para la salud física, mental y emocional que aún están por precisar… pero ellos lo niegan. Son NEGACIONISTAS.

Un número creciente de especialistas en múltiples campos relacionados con la salud, con el periodismo, con el derecho o simplemente analistas independientes de las relaciones de poder están denunciando la manipulación y las mentiras y aportando explicaciones coherentes, independientes, rigurosas y honestas… pero ellos lo niegan. Son NEGACIONISTAS.

Centenares de miles de personas —y cada vez serán más— están reaccionando a las mentiras y el comportamiento criminal de sus gobiernos y sus cómplices, y manifestándose en las calles de todo el mundo contra la falsa pandemia, contra los objetivos ocultos de control de la población, el negocio y la imposición de decisiones sobre nuestra salud en particular las nuevas y peligrosas vacunas de ARN, y exigiendo que se depuren responsabilidades y que se conozca la verdad… pero ellos lo niegan. Son NEGACIONISTAS.


Crédito de imagen: www.miamimundo.com