Algunos datos y reflexiones en relación con la homeopatía y
en respuesta a quienes opinan que no funciona, que no se distingue del placebo
e incluso que quienes la practican son poco menos que estafadores y quienes la
utilizan en caso de tener problemas de salud un puñado de supersticiosos o
incautos.
Invariablemente, estas acusaciones se hacen apoyándose en el
Método Científico que, para muchos, en particular para los fanáticos
cientificistas que pretenden que el mundo empieza y acaba en lo meramente
material y cuantificable, es la única herramienta válida para conocer,
analizar, valorar o juzgar, y por tanto, el único modo de establecer lo que
“funciona” y lo que “no funciona”, frontera esta que según ellos delimita lo que es
“medicina” y lo que no lo es.
Es lógico pensar que una herramienta concebida para actuar
en un estrecho ámbito no puede utilizarse para conocer, valorar o medir cosas
pertenecientes a otros ámbitos. Quienes se empeñen en hacerlo están condenados
a falsear los resultados y si lo hacen a sabiendas simplemente estarán
mintiendo y manipulando. A pesar de esto, hay quien da un paso más y afirma que
todo aquello que su herramienta no puede conocer no existe, un ejercicio de
totalitarismo intelectual, absurdo racional, mediocridad científica y
deshonestidad manifiesta.
Ahora bien, aunque ciertas medicinas, ciencias de la salud y
terapias tradicionales precisamente por su carácter holístico, no puedan ser
medidas o valoradas mediante una herramienta que se limita un estrecho campo de
acción, el método científico puede al menos abordar una parte de su
funcionamiento y responder a las preguntas que en el terreno puramente material o fisiológico
se planteen.
Aunque la homeopatía no es una medicina tradicional sí que
comparte con ellas un enfoque holístico de la salud, y es por ello un ejemplo
de lo que venimos explicando. El método científico —a menos que evolucione y se
abra a territorios que ahora no aceptan la mayoría de los científicos— no puede
estudiarla en su totalidad, pero puede responder a las descalificaciones usuales
de sus críticos, en particular a la que considera que en los remedios homeopáticos
no hay materia y por tanto sus efectos se deben al efecto placebo.
Experimentación de
efectos en personas sanas:
Recopilación de materia médica de los autores clásicos
describiendo los efectos de multitud de sustancias en personas sanas:
—Samuel
Hahnemann. Organon der Heilkunst, Reine Arzneimittellehre, Die chronischen
Krankheiten, ihre eigenthümliche Natur und Homöopathische Heilung (varias
ediciones).
—Constantine
Hering. The Guiding Symptoms of Our Materia Medica. Philadelphia: The American
Homeopathic Publishing Society, 1879-1983.
—Timothy
Field Allen. Encycklopedia of Pure Materia Medica. New York, Boericke and
Tafel, 1874-1880.
—James
Tyler Kent. Repertoy of the Homeopathis Materia Medica. Barthel Publishing,
Berg 1987.
—James
Stephenson. The Need for Provings of the Chemical Elements. Journal of the
American Institute of Homeopathy, 50 (1957).
—William
Boericke. Materia Medica with Repertory. Philadelphia, Boericke and Tafel,
1927.
—A. W.
Blyth. Poisons, their effects and detection. London, Griffin, 1920.
EFICACIA DE LAS DOSIS HOMEOPÁTICAS:
De entre las numerosas demostraciones de la eficacia de las
dosis infinitesimales cito las más significativas:
—El primer ensayo realizado conjuntamente por médicos
homeopatas y alópatas se llevó a cabo en Glasgow en 1980 investigando el
tratamiento homeopático de la artritis reumatoide. Se trataron a 46 pacientes
que cumplían los criterios establecidos por la Asociación Americana de
Reumatismo: todos los pacientes recibieron antiinflamatorios convencionales,
pero la mitad fue tratada además con el preparado homeopático y a la otra mitad
se les dio un placebo. El ensayo fue a doble ciego, es decir, ni los pacientes
ni los médicos sabían quienes tomaban placebo y quienes el preparado.
—Investigaciones físicas: En 1948, Wurmser y Loch
investigaron el efecto de microdiluciones de diversas sustancias sobre la
longitud de onda y la intensidad de la luz detectando cambios relevantes y
medibles; en 1963 mediante técnicas de resonancia magnética se observaron
cambios estructurales en el alcohol con diluciones de azufre comparándolo con
alcohol sin dilución y con diluciones sin sucusión.
—Investigaciones bioquímicas: En 1930, V.M. Persson obtuvo
resultados significativos en estudios con controles del efecto del cloruro de
mercurio en la fermentación de almidón; repitió los experimentos tres años
después confirmando los resultados, y en 1954, William Boyd volvió a
confirmarlos en Edimburgo. En todos los casos, las diluciones empleadas no
deberían, según las teorías físicas clásicas contener ninguna molécula del cloruro
de mercurio original.
—Investigaciones botánicas: existen numerosas
investigaciones con plantas que obviamente descartan el efecto placebo: Kolisko
mostró en 1923 como el sulfato de hierro, el trióxido de antimonio y la sal
doble de cobre en diluciones bajas promovían el crecimiento del trigo; en 1965, Wilhelm Pelikan y Georg Unger
comprobaron un efecto similar con microdosis de nitrato de plata repitiendo el
experimento con controles 240 veces; experimentos similares con iguales
resultados se han hecho con microdiluciones de plantas de cebada, de arseniato
de sodio de sulfato de cobre o de azufre.
—Investigaciones zoológicas: ya en 1923 Krawkow demostró el
efecto relajante de diversas microdiluciones en conejos comparándolas con
controles; han seguido numerosas experiencias: reducción de tasas de mortalidad
de moscas con nitrato de mercurio, variación de efectos según los grados de
dilución en renacuajos con nitrato de plomo y de plata, alteraciones de la
excitabilidad neuromuscular en corazones de rana y tortuga, reducción de
efectos tóxicos del estradiol en ratas, eliminación de venenos utilizando
microdosis del mismo veneno.
Harris L.
Coulter. Ph. D. Ciencia homeopática y medicina moderna. El arte de curar
con microdosis. Mallorca, José de Olañeta Editor, 1995. Sin ser ni mucho menos exhaustivo,
este manual básico incluye una amplia bibliografía y referencias de numerosos
artículos y estudios sobre los aspectos básicos de la homeopatía (entre los que
se incluyen las investigaciones citadas):
—Estudios que revelan los mecanismos biológicos de reacción:
30 referencias.
—Reexperimentación con diversos remedios: 6 referencias.
—Hipersensibilidad a la sustancia semejante: 5 referencias.
—Evidencia de fuerza en las dosis homeopáticas más allá del
Número de Abogadro: 42 referencias.
—Evidencia del principio de similitud, efecto opuesto y
acción bifásica de los medicamentos: 47 referencias.
—Evidencia empírica de la necesidad de respeto de los
procesos biológicos (mal llamados enfermedades): 19 referencias.
—Ensayos clínicos: 24 referencias.
Bibliografía adicional:
—Hans Selye. The Stress of Life. New York, McGraw Hill,
1978.
—Alexis Carrel. Man, the Unknown. New York, MacFadden, 1961
—F. P. Gay.
Agents of Disease and Host Resistance. Springfield, Thomas, 1935.
—Linn J.
Boyd. A Study of the Simile in Medicine. Ann Arbor, University of
Michigan, 1936.
—Joseph Wilder. The Law of initial value in neurology and
psychiatry: facts and problems. J. Nervous and Mental Disease, 125 (1957).
LOS PREPARADOS HOMEOPÁTICOS
CONTIENEN MATERIA
CONTIENEN MATERIA
El Número de Avogradro: 6,023 x 1023 está
considerado el límite de la materia, es decir, si vamos diluyendo
progresivamente cualquier sustancia aumentando la cantidad del líquido, se
considera que una vez que se sobrepasa la cifra de Avogadro ya no hay rastro de
esa sustancia. Los fármacos convencionales están todos por encima de ese
límite, mientras que existen preparados homeopáticos tanto por encima como por
debajo, por lo que algunos consideran que se trata de simple agua con azúcar
que tan solo puede producir efecto placebo.
Sin embargo, varios artículos científicos publicados en los
últimos cinco años demuestran que incluso por debajo de ese número hay materia
en las disoluciones: se trata de nanopartículas, partículas diez mil veces más
pequeñas que un milímetro que explicarían en parte la eficacia de la
homeopatía, al menos en la parte que puede ser conocida, identificada e incluso
fotografiada por los extremistas del método científico.
Tecnologías muy avanzadas han permitido a
los equipos que realizaron esos estudios el análisis de las muestras:
microscopía electrónica de trasmisión de alta regulación (conocida por sus
siglas en inglés como HRTEM) y espectrografía de energía dispersiva (EDS) que
permiten fotografiar las nanopartículas.
REFERENCIAS:
Prashant Satish Chikramane, Akkihebbal K Suresh, Jayesh Ramesh
Bellare and Shantaram Govind Kane. Extreme homeopathic dilutions retainstarting materials: A nanoparticulate perspective. Homeopathy (2010) 99,
231e242
Rajendra Prakash Upadhyay, Chaturbhuja Nayak. Homeopathyemerging as nanomedicine. Int J High Dilution Res 2011; 10(37): 299-310
Prashant S. Chikramane, Dhrubajyoti
Kalita, Akkihebbal K. Suresh, Shantaram G. Kane, and Jayesh R.
Bellare. Why Extreme Dilutions Reach Non-zero Asymptotes: A NanoparticulateHypothesis Based on Froth Flotation. Langmuir, 2012, 28 (45), pp
15864–15875.
Anup Sharma and Bulbul Purkait. Identification ofMedicinally Active Ingredient in Ultradiluted Digitalispurpurea: Fluorescence Spectroscopic and Cyclic-Voltammetric Study. Journal
of Analytical Methods in Chemistry, Volume 2012 (2012).
Rajesh Barve1 and Ramesh Chaughule. Size-dependent invivo/in vitro results of homoeopathic herbal extracts. Journal Of Nanostructure
in Chemistry 2013, 3:18
E S Rajendran. An evaluation of Avogadro’s number in thelight of HRTEM and EDS studies of high dilutions of Ferrum metallicum 6, 30,200, 1M, 10M and 50Mc. International Journal of High Dilution Research 2015;
14(3):3-9.