Mi amigo, el Dr. Enric Costa -cuarenta años de experiencia como médico- me hace llegar sus reflexiones en relación con el caso de Olot pidiéndome que las comparta animado con la intención de contrarrestar la tremenda campaña de miedo y culpabilización que se ha desatado.
Reflexiones lógicas
sobre el caso de Difteria
del niño de Olot
Dr.
Enric Costa Vercher
Como ya
sabrán los lectores, el niño de Olot, en paz descanse, que, según sus médicos,
estaba infectado de difteria, ha muerto después de pasar casi un mes en la U.C.I.
del hospital Vall d´Ebrón. Desde ese mismo momento TODAS las televisiones,
grandes o pequeñas, han estado repitiendo en TODOS los telediarios y programas
informativos la fatal noticia. En todas estas ocasiones se explicitaba que el
niño no estaba vacunado y que por eso se había infectado, convirtiéndose así en
el único caso de difteria en España desde hacía treinta años. Y además de ser
el único caso en décadas se ha tratado de un caso especialmente agresivo de
difteria, puesto que el niño no ha podido superarla, es decir, no ha sido
curado de una enfermedad que tenía cura a principios del s. XX pero que no ha podido ser curada en una unidad de
cuidados intensivos del s. XXI.
No ha
podido ser curado y el conseller de sanidad de Cataluña y todos los medios
informativos han afirmado que ha muerto de DIFTERIA y que esta infección la
había adquirido por no estar vacunado. Y como es habitual han arremetido contra
los padres que no vacunan a sus hijos y algunos políticos han amenazado con
crear leyes que obliguen a la vacunación total.
Toda
esta situación, seguramente, habrá hecho dudar a algunos padres que no vacunan
a sus hijos, lo cual es natural, pues el efecto de la propaganda del miedo no
pasa desapercibido. Este médico que escribe, no va a decir a nadie lo que tiene
que hacer al respecto; pero quiere exponer a la atención del lector una batería
de preguntas lógicas o de sentido común que seguramente le incitarán a la
reflexión y, por ello, a discernir lo posible de lo imposible o la verdad de la
mentira; si lo logra podrá tomar su decisión con mayor grado de libertad.
Veamos:
- Según
la versión oficial, que hemos escuchado durante todo el tiempo, el niño ha
muerto de difteria por no estar vacunado. Preguntas: ¿Cómo se infectó? ¿Dónde
estaba el origen de la infección? La respuesta oficial, como siempre, se
expresa sin dudas: Se ha contagiado de su entorno más cercano, puesto que
muchos de los que se relacionan con él son “portadores” sanos de la bacteria. Y
han explicado perfectamente que estos portadores sanos no padecen la enfermedad
porque están vacunados y aunque tienen la bacteria en el cuerpo, son inmunes a
ella; pero estos individuos, sigue diciendo la versión oficial, pueden infectar
a otros, sobre todo, si no están vacunados.
- De lo
explicado por el sistema oficial podemos sacar una conclusión: El foco de la
infección provenía de sujetos vacunados. Si esto es así, se descarta la que los
niños no vacunados sean la ÚNICA fuente de reaparición de enfermedades
infecciosas. En este caso, el propio sistema médico, afirma sin admitir dudas
que el niño ha muerto de difteria y que el foco de contagio ha estado en su
entorno de gente VACUNADA. Y eso que han explicado en el caso de la difteria
pasa en todas las demás infecciones, puesto que las vacunas no tienen como
función “acabar con los gérmenes” sino preparar o “entrenar” al sistema
inmunitario para que éste nos proteja de los microbios. De manera que todos los
vacunados se convierten en PORTADORES SANOS de gérmenes y como se ha visto en
Olot, se convierten en posible foco de infección de enfermedades que se creían
erradicadas.
- De toda
esta información se deduce que muchos ciudadanos, vacunados o no, podemos ser
portadores de este tipo de gérmenes, pero unos son silenciosos, no padecen la
enfermedad ni manifiestan los síntomas y pueden transmitir la enfermedad: Los
vacunados. Mientras que otros, por no estar vacunados, la manifiestan con todos
sus síntomas y, por tanto, pueden ser detectados inmediatamente. ¿Cual de los
dos grupos sería más peligroso para transmitir una enfermedad a toda una
comunidad? ¿Los vacunados o los no vacunados? Entonces ¿de donde viene la
conveniencia de que no quede gente sin vacunar? ¿De donde la conclusión de la
obligatoriedad de las vacunas, para erradicar las enfermedades, si aquellas no
destruyen a los gérmenes sino que convierten a los ciudadanos en portadores
sanos y camuflados?
- Este
caso debe servir al lector para defenderse, con planteamientos lógicos, de
todos aquellos que les acusan de poner en peligro al resto de la comunidad por
no vacunar a sus hijos. Deben responder que los vacunados son igualmente focos
de infección (como han estado explicando los médicos durante todo este mes)
pero mucho más peligrosos por ser asintomáticos y no manifestarlo. Los no
vacunados, por lo menos, son más explícitos y no engañan a nadie, y además, no
pueden infectar a los otros porque, esos otros, están vacunados y, por tanto,
según el sistema oficial, están totalmente protegidos.
- Concluyendo:
el caso de difteria de Olot demuestra que si uno no se vacuna no se convierte
en un foco de infección, en modo alguno, distinto del que sí se vacuna, los dos
son portadores, uno evidente y el otro camuflado. Es decir no se puede no ser
portador. Por tanto el no vacunado no perjudica más a la comunidad sino, en
todo caso, menos, por ser más evidente y localizable.
¿DIFTERIA
EN ESPAÑA EN EL 2015?
Cuando
apareció la noticia hace un mes, este viejo médico que escribe pensó que sería un
error de diagnóstico y lo sigue pensando por dos razones: La primera es que en
toda su vida de médico en activo y de estudiante de medicina (unos cuarenta
años) nunca vio ni tuvo que atender a ningún caso de difteria. Todo
conocimiento que tiene de la enfermedad y su tratamiento, le viene de sus
estudios teóricos de la facultad (y de alguna escena cinematográfica en
películas españolas y americanas) donde le explicaron que el tratamiento
consistía básicamente en: suero antidiftérico, antibióticos y mantener libres
las vías respiratorias.
Que ese tratamiento se haya llevado a cabo en una
moderna U.C.I. durante un mes y no hayan salvado al niño, nos llena de estupor
y nos obliga a preguntarnos si en realidad fue un caso de difteria. La segunda
razón que nos hace dudar que fuera un caso de difteria es precisamente eso, que
haya sido un sólo caso de difteria. El caso de Olot es un caso aislado no
solamente en el espacio, puesto que nadie más ha sido afectado en su entorno,
sino también en el tiempo; puesto que la difteria se considera erradicada de
España desde hace treinta años.
Los
técnicos y políticos que llevan este tema repiten sin parar que este niño NO
VACUNADO, ha sido infectado por la gente de su entorno, un alto porcentaje de
ellos son portadores sanos. No nos han explicado el porqué de tan alto número
de portadores sanos alrededor del niño, pero los lectores deben conocer la
siguiente realidad: todos los ciudadanos, tanto si están vacunados como si no,
si se sometieran al test de portador de difteria (con cultivo biológico de los
gérmenes de sus mucosidades) darían positivo en un 80 ó 90% de casos, como ha
ocurrido en el entorno del niño de Olot, simplemente porque el bacilo diftérico
con sus cuatro o cinco subespecies, son HABITANTES simbióticos y naturales de
nuestras vías respiratorias y digestivas, es decir, son organismos que viven en
simbiosis con nosotros realizando funciones, en su mayoría desconocidas. Esa
realidad biológica es la que hace posible que toda la población viva con
bacilos diftéricos pero sin sufrir enfermedad alguna.
Hay
otras cuestiones que merecen nuestra atención en este caso dudoso de difteria y
son las siguientes: Si la causa de la difteria hubiera sido la falta de
vacunación del paciente, y con la cantidad de niños no vacunados que ha habido
en España durante los últimos treinta años, gracias al buen arbitrio de sus
tozudos e indomables padres, es lógico preguntarse: ¿Como es posible que no
haya habido ningún caso de niño no vacunado que haya contraído la difteria,
habiendo estado rodeados de portadores sanos (como en el caso de Olot) durante un
periodo de treinta años? ¿Por qué ha surgido un solo caso en treinta años si en
España hay miles de niños no vacunados que conviven con portadores sanos?
Este
médico que humildemente quiere dar su testimonio, es de los pocos médicos que
quedan que lleva más de treinta años desaconsejando el uso de vacunas. Algunos
de sus pacientes siguieron su consejo médico y otros —muchos más— no. Si los
primeros han vivido entre los segundos ¿por qué no se ha producido el contagio
y la enfermedad a los primeros durante treinta años? … y lo que te rondaré
morena.
Como
hemos dicho, tenemos nuestras dudas —muchas— de que, lo que ha pasado en Olot,
haya sido un caso de difteria. Mucha información que se ha dado es incongruente
incluso para los partidarios de las vacunas. Hay más preguntas que respuestas.
Pero estamos seguros de que las reflexiones a las que pueden dar lugar las
consideraciones que hemos expuesto, pueden ayudar al discernimiento de los
lectores. Deseamos haber llevado en nuestras palabras algo de claridad y así se
lo pedimos a Dios. Salud y buen
discernimiento.