jueves, 2 de junio de 2016

Contra los extremistas científicos

¿Cómo es posible que tantos grandes medios de comunicación den cabida y crédito a cualquier ignorante indocumentado sin formación universitaria ni estudios científicos que en el ámbito de la salud pontifique sobre lo que es o no correcto, científico y admisible?

¿Cómo asumen acríticamente que puede tacharse de "curandero" o "estafador" a todo profesional de la salud -médicos incluidos- que utilice terapias, métodos o productos no convencionales cuando los mismos están avalados hasta por la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), el Parlamento Europeo y el Consejo de Europa?

¿Qué clase de majaderos se ocupan hoy en ellos de la "información" sobre salud y asumen que son aceptables la calumnia, la injuria, la difamación y el desprestigio personal y profesional de personas manifiestamente preparadas y honestas?

En España la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS) reúne a casi 600 periodistas especializados en el tema que llevan a cabo su labor en todo tipo de soportes -agencias de prensa, periódicos, revistas, radio, televisión e Internet- aglutinando también a representantes de la comunicación de servicios y centros sanitarios, instituciones, entidades, empresas sanitarias y gabinetes de comunicación. Pues bien, sus “socios protectores” -así lo define la propia entidad- son los laboratorios farmacéuticos Pfizer, Janssen, Roche y Abbvie además del lobby más potente de la industria alimentaria: la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB). Estando en calidad de “socios colaboradores” Farmaindustria -la patronal farmacéutica española-, la multinacional Merck Sharp & Dohne, el grupo médico privado Eresa y un grupo proveedor de servicios médicos de atención domiciliaria, Oximesa, que fue recientemente absorbido por uno de las mayores multinacionales proveedoras de gases industriales: Praxair.



Los pseudoescépticos hablan hasta de crear una especie de ejército de "cruzados de la ciencia" y “escuelas de pacientes” en las que adoctrinar a los enfermos sobre lo que deben o no hacer con su salud y a quienes deben o no acudir para ello. Siendo ellos obviamente quienes tal cosa decidirían. Es decir, se hallan en las antípodas de las múltiples propuestas e iniciativas actuales de autogestión con las que se pretende generar responsabilidad y dar a los enfermos capacidad real para que puedan tomar libremente las decisiones que les parezcan oportunas en relación a su salud. Son en suma fanáticos que quieren impedir que la gente se informe de forma libre y plural y luego decida sobre su propia vida.

Pretenden que los enfermos sean borregos dispuestos a ponerse en manos "de los que saben" aunque hoy esté constatado que se desconoce la causa de la inmensa mayoría de las llamadas enfermedades y por tanto los médicos no pueden prevenirlas ni curarlas con las informaciones y protocolos oficiales de tratamiento que se les han impuesto (al menos en los servicios públicos del sistema sanitario). En todo el mundo. La pintoresca Asociación para proteger al enfermo de terapias pseudocientíficas (APETP) hasta propone establecer un premio para los pacientes más obedientes. ¿Cabe mayor desfachatez?



Hablamos en suma de propuestas esperpénticas que se añaden a la de que se considere delito -como antes adelantamos- “cualquier actividad y publicidad de terapias que se presenten como curativas sin serlo y que no estén experimentadas bajo criterios científicos”. Y por si fuera poco añaden en su web esta "perla" de lo que quieren conseguir: "Que las palabras medicina, curación, sanación, salud, terapia (o cualquier otra expresión que pueda hacer creer a un enfermo que está ante un profesional de la salud) no puedan ser empleadas si quien se anuncia no tiene una titulación oficial de médico ni sigue métodos de curación elaborados bajo criterios científicos”.

En pocas palabras, quieren demonizar y criminalizar a todo profesional de la salud que practique cualquier disciplina terapéutica no médica del más centenar que existen y hoy ejercen cientos de miles de profesionales en todo el mundo. Exigen que el tratamiento de los problemas de salud sea en exclusiva para los médicos formados en las facultades de Medicina; sin duda porque saben que sus planes de estudio los han desarrollado los laboratorios farmacéuticos con la complicidad de sus testaferros en las universidades y los ministerios de Educación y Sanidad. ¿Que ni siquiera la OMS -y eso que está controlada hoy por la gran industria- avala tamañas sandeces y avala lo que ellos demonizan? Les da igual. ¡Qué sabrá la OMS! ¡Son ellos quienes están en posesión de la verdad!


Jesús García Blanca
Campaña de desprestigio contra todo profesional que no se someta al modelo médico imperante
Discovery DSalud, 194. Junio 2016.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

El pseudoescepticismo es solo una secta cientificista mundial destructiva.

Anónimo dijo...

Los paraísos del Progreso que nunca llegaron.

http://www.revistahincapie.com/?p=8382

Anónimo dijo...

Diferencias entre el escepticismo como metodología científica o como ideología y secta mundial


http://javierpeteirocartelle.blogspot.com.es/2016/06/entre-el-escepticismo-metodologico-y-el.html

Anónimo dijo...

(Galería de fotos) Las colas del hambre en España (Lo que los medios privados no emiten).

http://www.aporrea.org/internacionales/n267727.html