Agencias estadounidenses determinan la política sanitaria mundial.
Los Centros para el Control de las Enfermedades (CDC), en colaboración con los Institutos Nacionales de Salud (NIH), la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y otras agencias gubernamentales estadounidenses, establecen las definiciones clínicas, fijan los instrumentos de diagnóstico, y deciden las estrategias de prevención y tratamiento, así como los protocolos de seguimiento y control de enfermos de todo el mundo.
Los CDC mantienen una tupida red de agentes “incrustados” en universidades, fundaciones, colegios profesionales, asociaciones, medios de comunicación y altos puestos de responsabilidad institucional en los Estados Unidos. Esa red se extiende por todo el planeta mediante personal destinado de modo permanente o puntual en más de cincuenta países y en organizaciones internacionales.
Como resultado, la práctica totalidad de los gobiernos del planeta ejecutan políticas sanitarias guiadas por intereses estratégicos estadounidenses y al servicio de las más poderosas multinacionales de la industria farmacéutica.
Jesús García Blanca. Discovery Salud, núm. 128, junio 2010.
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