miércoles, 5 de octubre de 2011

Combatiendo la enfermedad social


Reseña del libro de Xavier Serrano,
Profundizando en el diván reichiano.
La Vegetoterapia en la Psicoterapia Caracteroanalítica

Madrid, Editorial Biblioteca Nueva, 2011 [1].

Jesús García Blanca
http://saludypoder.blogspot.com
keffet@gmail.com

“El problema no es qué podríamos o deberíamos hacer; el problema es cómo empezar a hacerlo”.
Wilhelm Reich.








¿Qué es el diván reichiano? Podríamos decir que es al mismo tiempo un lugar físico y una metáfora: el punto de encuentro entre lo individual y lo universal, el espacio privilegiado en el que se manifiesta la conexión biofísica entre el animal humano y la energía cósmica que Wilhelm Reich descubrió y a la que denominó Orgón, el lugar en el que se evidencian los efectos de poder de la máquina social sobre el individuo.
Pero el diván es también una trinchera desde la que combatir la enfermedad social en un doble sentido: por un lado ayudando a los que sufren, a romper la coraza creada por los mecanismos de dominación de la sociedad, y por otro, cambiando esa sociedad enferma gracias a las iniciativas de esas personas que recuperan su capacidad emocional, su lucidez y su conexión con el mundo que las rodea.
Por eso puedo decir que el libro de Xavier Serrano me gusta literalmente desde la primera palabra hasta la última.

En efecto, el libro se abre con la palabra “Profundizando”, y desde mi punto de vista no hay mejor forma de abrir la puerta a un libro que describe una estrategia –rotunda donde las haya- de acción sobre el mundo que con un gerundio. Y es que, frente al discurso vacío de los infinitivos y la idea de algo terminado que trasmiten los participios, el gerundio simboliza lo que se está viviendo, construyendo, sintiendo, comunicando... y en este caso, la búsqueda en las profundidades.
Por otro lado, el libro se cierra con la palabra “biopsicosocial”, que no es sino otra forma de decir “holístico”. Y esa es precisamente la idea fundamental que recorre todo el texto y me atrevo a decir que incluso todo el trabajo de Xavier Serrano: la idea de globalidad, de estructuración, de sinergia.
Desde esta doble perspectiva voy a describir mi lectura de este manual de descenso a los infiernos.


SOPORTE TEÓRICO

La estructura del libro es claramente didáctica y se deja ver el esfuerzo de su autor por ofrecer una visión sintética del ya dilatado trabajo clínico que le sirve de referencia. Tras una introducción en la que define con nitidez intenciones, contexto y enfoque, el libro aborda en su primera parte las bases teóricas, y en la segunda –mucho más extensa- la praxis.
La introducción es pues una declaración de intenciones en la que Serrano asume la herencia reichiana y plantea la auténtica dimensión sociopolítica de la psicoterapia, a partir de ciertas vivencias personales: “empecé a sentir que el infierno no solo estaba fuera, sino también dentro de cada uno de nosotros, formando parte de nuestra condición de neuróticos humanos”. A partir de ahí, nos ofrece el resultado de un largo y duro camino de exploración y lucha.
La primera parte concentra en apenas ochenta páginas todo el soporte teórico que ha ido guiando y nutriendo ese camino: las intuiciones pioneras de Reich, el desarrollo llevado a cabo posteriormente por sus seguidores, alumnos, amigos y colaboradores, entre los que destacan Elsworth Baker, Walter Hoppe y Ola Raknes, la labor de sistematización de la práctica clínica de su mentor, amigo y colega, Federico Navarro, y las aportaciones que el propio Serrano y los profesionales que se han formado o vinculado de alguna forma a sus proyectos en España vienen realizando desde hace más de treinta años, en la Escuela Española de Terapia Reichiana (ES.TE.R) [2] y más recientemente en el marco de la Ecología de Sistemas Humanos [3].
A partir de ese recorrido teórico, el autor encuadra la terapia reichiana señalando sus semejanzas y diferencias con otras psicoterapias, y describe cómo se simplificaron y traicionaron los descubrimientos de Reich así como las claves sociopolíticas para entender el brutal ataque de que fue objeto.
Por último, define el territorio conceptual en el que se va a desarrollar la segunda parte del libro: su praxis clínica basada en una perspectiva de la salud y la enfermedad que integra lo biológico, lo psicológico y lo social, y que se articula en dos momentos o elementos claves: el diagnóstico y la intervención clínica, en este caso centrada en su modalidad de encuadre profundo, denominada Vegetoterapia Caracteroanalítica Estructural, ya que la otras dos modalidades posibles –atención en crisis y psicoterapia breve- habían siso tratadas por Serrano en libros y artículos anteriores [4].


DIAGNÓSTICO HOLÍSTICO

Reich no desarrolló un modelo de diagnóstico. Lo que Xavier Serrano denomina DIDE, es decir, Diagnóstico Inicial Diferencial Estructural, es una síntesis propia realizada a partir de múltiples materiales y cuyo punto de partida es evidentemente la teoría del carácter de Reich que, por una parte, relaciona lo psicoemocional con lo social –y así, cada modelo de sociedad produce en los individuos el carácter que necesita para perpetuarse- y por otra lo psíquico con lo biofísico, es decir, los rasgos de carácter están anclados en el cuerpo, formando lo que Reich denominaba “coraza”. Dicho de otro modo, lo que consideramos normalidad es en realidad lo enfermo y la salud se encuentra al final de un duro camino que deberá pasar por un cambio radical de nuestro modelo social.
Serrano construye su herramienta de diagnóstico a partir de una larga experiencia clínica que se nutre de seguidores de Reich
pero también de disciplinas como la Ecología, la Física cuántica o la Biología. El propósito del DIDE no es establecer etiquetas para una clasificación simplista y mecánica de los pacientes. Lo que persigue el Diagnóstico Diferencial es observar al ser humano sufriente y analizar su estado de desequilibrio, cómo se originó y qué puede hacer el terapeuta para ayudarlo.
Para ello, una herramienta fundamental es conocer cual sería el proceso de desarrollo funcional y cotejarlo con el de desarrollo patológico, lo que implica un trabajo de sistematización de la ontogénesis que Serrano ya había realizado en 1996 [5] y en el que se pone en relación las etapas de formación del ser humano en lo biológico, lo somático, lo psíquico, lo energético y lo social.
En definitiva, el DIDE pe
rmite enfocar la relación y la estrategia terapéutica partiendo de variables como la predisposición constitucional, el tipo de metabolismo energético –que Reich denominará “orgonótico”-, las relaciones del paciente con su círculo familiar, los bloqueos musculares y su funcionamiento neurovegetativo y somático, así como el contexto –el ecosistema- en el que vive, en función de tres posibles estructuras: neurótica, fronteriza y psicótica.


ENERGÍA, CARÁCTER, SOCIEDAD

El autor comienza explicando la diferentes concepciones que Freud y Reich tenían del psiquismo humano. El esquema de Freud es muy simple, casi caricaturesco: el Yo es una especie de intermediario entre el Ello –las pulsiones, los deseos- y el Super Yo –la sociedad interiorizada. Dicho de otro modo, el Yo se debate entre la libertad y la represión, o como dirían Deleuze y Guattari, entre la maquina deseante y la maquina social.
Este esquema simplista apenas alcanza a explicar la neurosis y ello porque las condiciones sociales en las que Freud desarrolló su teoría favorecían un claro predominio de estructuras de carácter neuróticas.
Cuando Reich evoluciona penetrando en el dominio de lo biofísico, descubre que la fantasmal líbido es una energía real, el orgón, y que el Ello no es más que una metáfora de la acción universal del orgón. Como consecuencia, Reich plantea un desarrollo funcional o saludable del Yo en tres etapas: durante el embarazo y los primeros tres meses de vida se crea la base biológica, hasta la edad de 7 años aproximadamente se produce un desarrollo del psiquismo, y posteriormente hasta la pubertad maduración e integración psicosomática.
Sin embargo, los cambios en la estructura social han traído consigo cambios en los modos en que se presenta el sufrimiento humano. La constatación de que se está produciendo un claro predominio de estructuras patológicas fronterizas y que aumentan los casos de estructuras psicóticas nos debe conducir a reflexionar sobre el modelo social que estamos construyendo: la virtualidad, el narcisismo, el pseudocontacto, el predominio del tener sobre el ser, la insatisfacción afectivo-sexual, existencial y vital, la proliferación de enfermedades psicosomáticas o funcionales y el uso de psicofármacos, la crisis de identidad de la figura paterna y las contradicciones provocadas por el doble papel de la mujer como trabajadora asalariada y como madre son algunos de los factores apuntados por Serrano para comenzar esa reflexión.
Por último, al otro lado de la frontera o de la tierra de nadie en la que se concentra esa creciente legión de inadaptados, nos encontramos con el territorio de lo psicótico.
Serrano aborda esta sección delimitando tres conceptos: esquizofrenia, estados psicóticos y estructura psicótica. Esta última es un conjunto de características disfuncionales que provocan un proceso degenerativo cuyo estadio final sería la esquizofrenia. Los estados psicóticos se caracterizan por el contrario por ser de carácter temporal y reversible, inducidos por sustancias o por determinadas situaciones traumáticas.


TRABAJO CLÍNICO

El grueso y la esencia del libro es la atención clínica en el marco de la Vegetoterapia estructural. Como hemos señalado, la intervención se basa en el DIDE y es por tanto específica para cada paciente. No obstante, existen unas líneas comunes que caracterizan la estrategia adoptada para cada una de las tres estructuras.
Los individuos con una estructura de carácter neurótica presentan habitualmente síntomas de ansiedad, angustia, depresión, hipocondría u obsesiones; suelen buscar ayuda debido a crisis existenciales, o conflictos de pareja, familiares o laborales. Habitualmente, los neuróticos tienen un buen nivel de insight, es decir, de conciencia interna de su situación, por lo que responden positivamente a una estrategia “clásica” en la que –durante una media de 300 sesiones en 3 años- se trabajan los segmentos de la coraza de forma ordenada y contínua acompañándolo del trabajo de análisis del carácter, de la transferencia y de las resistencia, hasta provocar la abreacción o descarga emocional.
En el extremo opuesto, la estructura psicótica supone el desasimiento más absoluto, hasta el punto de que ni siquiera podemos hablar de “carácter”: no hay relaciones con las personas de su entorno a lo largo de su crecimiento y las actuales son una mera imitación impostada, no hay una coraza –aunque sí un bloqueo del diafragma y una respiración inhibida-, la pulsación energética es la mínima para sobrevivir; todo ello tiene como objetivo impedir la entrada de sensaciones que le serían intolerables.
Mientras en las otras dos estructuras la psicoterapia breve cumple una función de reducción de la angustia, de reforzamiento del Yo y de ampliación de las posibilidades de introspección y pulsión energética reblandeciendo la coraza, en la estructura psicótica los resultados son tan limitados que su función es proporcionar un punto de apoyo al Yo auxiliar del paciente para que pueda afrontar en mejores condiciones una terapia profunda, que deberá reunir unas condiciones muy específicas: la relación paciente-terapeuta es mucho más intensa, lo que supone para este último un gasto de energía y tiempo mucho mayor y la necesidad de tomar precauciones a la hora de canalizar la energía negativa, llamada por Reich DOR u orgón letal. Estos y otros motivos llevan a Serrano a insistir en la necesidad de un trabajo multidisciplinar que incluya al médico que fije el tratamiento farmacológico, que deberá reducirse al mínimo y combinarse con audipsicofonología y muy especialmente con el apoyo de la pareja o la familia del paciente.
En cuanto a la estructura intermedia, llamada por el psicoanálisis clásico borderline y que Serrano prefiere denominar fronteriza, la primera constatación es que oficialmente apenas hay formas de intervención que no sean los psicofármacos. Desde la psicoterapia reichiana se han constatado resultados muy positivos con psicoterapia breve debido a la rapidez con que se producen resultados, aunque limitados, constatables. En el caso de una terapia profunda, las primeras fases se dedican a afianzar la relación paciente-terapeuta en la que este debe adoptar un papel dinámico y paciente al mismo tiempo, potenciando el cara a cara, realizando interpretaciones precisas y utilizando herramientas complementarias. Tras un período crítico en el que la desaparición de la cobertura caracterial del paciente suele llevarlo a cuestionar la terapia y en el que será de gran ayuda la colaboración de pareja, familiares o personas cercanas, suele producirse un cambio cualitativo que devuelve al paciente la capacidad de contacto con la realidad y consigo mismo.

Profundizando en el diván reichiano es la culminación de un itinerario didáctico que refleja el trabajo clínico desarrollado por los equipos de la ES.TE.R, y al mismo tiempo una herramienta de reflexión para quienes son conscientes de la necesidad de un cambio profundo y global de la sociedad.


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NOTAS:

2 comentarios:

Cesar Fernandez D dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Cesar Fernandez D dijo...

Todo ello con un trabajo que incluye una sesión semanal durante un tiempo limitado entre dos y seis meses. Estos resultados se consiguen mediante un “setting” analítico especificado en el texto y unos medios técnicos procedentes tanto de la propia psicoterapia caracteroanalítica, del psicoanálisis breve, del psicodrama, de la logoterapia de V. Frankl y de la psicoterapia sistémica entre otros. Los resultados clínicos de este encuadre son tan esperanzadores que permiten plantear la posibilidad de aplicarse en centros de salud, hospitales o centros psicosociales resultando más rentables que algunas terapéuticas utilizadas hasta el momento. Al mismo tiempo, el libro tiene un segundo nivel de lectura que relaciona al autor con todo una corriente de pensamiento freudomarxista o mejor libertaria. En este sentido se vislumbra una crítica al sistema en el que vivimos por generar patología. Para Xavier Serrano la psicoterapia es una forma de abordar el sufrimiento humano y de acompañar en la enfermedad psíquica. consulta online medico online pediatra online medico online doctor online dermatologo online veterinario online veterinario online doctor online consulta online abogado online abogado online abogado online abogado online abogado online psicologo online doctor online psicologo online abogado online abogado online Para el autor, nuestro bienestar y nuestra salud está en función de las dinámicas familiares, sociales, educativas, así como de nuestros hábitos y conductas cotidianas. Para incidir en la salud se precisa una intervención global, de compromiso con lo humano.