(5) El test de la verdad:
La última palabra de la ciencia
Vamos a presentar al lector un “personaje” nuevo en esta
larga historia médico industrial. Otra vez se trata de un invento tecnológico,
un producto de nuestra biotecnología de última generación que según la
comunidad médica oficial es capaz de diagnosticar, sin ninguna duda, y
distinguir una amigdalitis aguda con placas común de otra amigdalitis
diftérica; y aunque nosotros afirmamos que son la misma enfermedad con distinto
nombre… en la actualidad existe un test que parece querer insistir en que son
dos enfermedades distintas. Este test es de tan reciente creación y utilización
(7 años) que es totalmente desconocido por la mayoría de médicos en activo y
que hemos sabido de él y de su existencia gracias al confuso caso de difteria
en Olot.
Pedimos atención especial al lector porque en las
reflexiones sobre esta prueba diagnóstica, este test moderno que es el único
método objetivo y aceptado por el sistema oficial, capaz de hacer un
diagnóstico diferencial correcto entre unas anginas y una difteria, encontrará
la respuesta a toda la realidad de la historia de las vacunas; ahora que
estamos llegando al final de la película va a descubrir la verdad. Veamos:
Diversos medios que han informado sobre el caso del niño de
Olot, han dicho que el niño ingresó en el centro médico con un cuadro de
faringo-amigdalitis con placas y fiebre alta (anginas) y que a un médico (cuyos
antepasados habían sido supuestamente atacados por el bacilo de la difteria,
hace unos sesenta años) se le ocurrió la idea de que ese cuadro faríngeo de
anginas con placas y con fiebre podría ser difteria.
Como no hay manera de poder diferenciar un cuadro patológico
de difteria de un cuadro de amigdalitis aguda (anginas) clínicamente, es decir,
por los síntomas que presenta el enfermo… Pensamos que este colega, que
sospechaba de le presencia de difteria, ante lo extraño que podría resultar el
caso, y para asegurarse del diagnóstico de difteria, que era lo que le apuntaba
su extraordinario ojo clínico, se le ocurrió hacer una prueba analítica y no
meter la pata y no dar la nota en un país donde no había habido ningún caso en
treinta años. Y para asegurarse bien pidió un test de difteria que se realizó
en Madrid en el Centro Nacional de Microbiología. Este test de diagnóstico
parece ser, según la última opinión médica oficial, la prueba definitiva que
decide el diagnóstico diferencial entre los cuadros de anginas y distingue,
claramente, las anginas que son de origen diftérico de las anginas digamos “corrientes”.
Este moderno test se basa en la PCR (reacción en cadena de
la polimerasa), una prueba de biología molecular complicada, descubierta en
1993; que sólo se realiza en centros altamente equipados desde hace pocos años, concretamente en
España se puede realizar ese test en el Instituto de Salud Carlos III y desde
el año 2007. Estos datos cronológicos tienen mucha importancia para las
reflexiones que vamos a proponer al lector en las próximas líneas.
El resultado positivo del test realizado por la Dra. Silvia
Herrera en Madrid, hizo seguramente gritar… ¡Bingo!.. al médico alemán Schneider que había llevado el caso desde el
principio; no son de extrañar sus saltos de alegría y regocijo, puesto que
contando sólo con su olfato y ojo clínico había conseguido detectar y descubrir
el único caso de difteria desde hacía treinta años en España, un país de más de
cuarenta millones de habitantes… el lector debe tener en cuenta para admirar el
talento intuitivo del médico… que éste tenia una oportunidad entre varios
cientos de millones en estos treinta años… y acertó.
No me dirá el lector que no es un caso absolutamente
impresionante de ojo clínico y de clarividencia extraordinaria, casi, casi
divina… pues bien, este personaje que podríamos calificar sin duda de
extraordinario, fue el médico que atendió al niño que venía con una faringo-amigdalitis aguda febril, es decir, unas anginas agudas; si le hubiera atendido
otro médico español… uno normalito… es completamente improbable que hubiera
pensado en una difteria; puesto que desde los años setenta se da por
desaparecida y, desde entonces, en las facultades españolas nos entrenan a los
médicos a tratar los cuadros de anginas con placas como tales; nadie piensa en
la difteria y, por eso, a nadie se le ocurría pedir un cultivo de bacterias… y
como el test era algo del futuro.. tampoco nadie ha pedido esos test nunca. Y
como nunca se han pedido porque no habían sido creados todavía y, por tanto, no
conocíamos de su existencia… no podía haber casos de difteria en España.
Durante los últimos cuarenta años, los médicos europeos
actuales, no piensan en la difteria ante los miles de casos de amigdalitis
aguda con placas que, anualmente, se presentan en las distintas consultas de
medicina interna. Es por lo que nos atrevemos a asegurar que ningún médico
normal hubiera sospechado que el cuadro que presentaba el niño era algo
distinto a lo que parecía presentar, es decir, una amigdalitis aguda con placas
(anginas).
Pero el desventurado niño no se cruzó con un médico
normalito, sino con un médico con unas características especiales que le
hicieron pensar, inmediatamente, en la difteria y, además, por si fuera poco,
este médico estaba presuntamente dotado con el don de la profecía, puesto que
ya había advertido, hacía unos años, a los irresponsables padres españoles que
decían que no vacunaban a sus hijos del peligro al que se exponían… Llevaba años de vocero de las vacunas en
tierras de Cataluña, pero se quejaba del poco caso que algunas pocas familias
hacían de sus advertencias… y un día, en el que él estaba de servicio, sospechó
de difteria ante un cuadro febril con amígdalas que presentaba un niño no
vacunado… este era el caso que estaba esperando… por fin se iban a cumplir sus predicciones proféticas… y pensó al
ver al niño abotargado por la fiebre y las anginas…¡por fin se ha cumplido mi
advertencia y se ha infectado uno! unos días después añadía en los medios de
comunicación… ¡ya se lo había advertido, son unos irresponsables!...
dirigiéndose a los padres para reprender su rebeldía y su supuesta
irresponsabilidad.
El resultado del test que nadie hubiera pedido, excepto el
extraordinario médico Schneider, iba a cambiar fatalmente el destino del niño;
porque desde que dio positivo al test pasó, de un minuto a otro, de tener un
vulgar cuadro agudo de anginas con placas, el cual se trata, en la salud
pública, con unos antibióticos y antipiréticos y suele curar en más o menos una
semana, a un cuadro de la temible difteria histórica.
Se había producido el “hechizo” semántico que convertía una
enfermedad en otra. Ese “hechizo” había transformado la terrible difteria en
anginas en los años sesenta… el mismo “hechizo” semántico utilizado en sentido
inverso transformó a las anginas en difteria en Olot en 2015… y volvimos a
tener difteria en España. Es el mismo efecto del “poder creador y transformador
de las palabras”, pero utilizado en sentido inverso .
La nueva situación
que se había presentado con la aparición del nombre de difteria, asustó a los
padres, a los médicos y los ciudadanos, pero sobre todo complicó el tratamiento
del niño; puesto que ya no era asunto de unas anginas gordas e inflamadas… sino
de difteria; ahora se requería además de la carga tóxica y abundante de antibióticos,
calmantes y antipiréticos… de un suero antidiftérico.
El tratamiento con suero antidiftérico, como hemos dicho, es
tan antiguo y peligroso que había sido totalmente abandonado por la práctica
médica en Europa occidental, por eso, tuvieron que encontrarlo en Rusia. Este
país conservaba algunas unidades de suero antidiftérico que usaron en la década
de la disolución de la U.R.S.S. como hemos contado antes. El que pudieran
encontrar este suero de hace más de veinte años en Rusia, puesto que no quedaban
en los países de nuestro entorno, no fue un acontecimiento afortunado para el
pequeño paciente, puesto que ya no había excusa, habíamos vuelto atrás en el
tiempo… el hechizo había revertido su
sentido y se había hecho realidad la difteria… había vuelto el terrible mal y
pensaron tratarlo como siempre… y se lo administraron intravenoso para curarle…
como en los viejos tiempos de la terapia de los sueros de animales… El niño
murió “misteriosamente” después de unos días de administrarle el suero antidiftérico,
a pesar de estar en una moderna unidad de cuidados intensivos de uno de los
mejores hospitales.
Las terapias con sueros antidiftéricos habían sido
abandonadas en todos los países occidentales a partir de los años sesenta, por
la cantidad de problemas de reacciones inmunológicas que ocasionaban, en los
tiempos en que se utilizaron. Los sueros de animales provocan en el receptor
una reacción inmunológica de rechazo de tejidos… y los médicos que se atrevían
con ellos sabían que siempre que se administren, se tenía que temer la reacción
del receptor a los sueros, es decir, del paciente; puesto que en un porcentaje
importante de casos, se producen reacciones graves de rechazo, shocks
anafilácticos y reacciones inflamatorias generalizadas. Precisamente, cuando en
los años cincuenta y sesenta se empezaron a utilizar los antibióticos, se
abandonaron definitivamente los tratamientos con sueros.
No podemos comprender la elección del tratamiento de suero
de animal en un hospital moderno, como ha ocurrido en el caso del paciente de
Olot.
Pero ¿por qué son tan tóxicos estos sueros? Esto es debido a
que esos sueros antidiftéricos se sacan de la sangre de caballos y que su
inoculación en el medio interno causa una reacción inmunológica casi imposible
de prever y de controlar. Por estas razones, excepto en la U.R.S.S…. su
utilización había sido abandonada en toda Europa y USA.
El niño de Olot se tuvo que enfrentar a esta terapia tan
agresiva, había sido “señalado” por un
moderno test…después de un mes de UCI murió “misteriosamente”. Pero a pesar de
todas estas vicisitudes que hemos sacado exclusivamente de la propia
información oficial, las autoridades salieron en los medios de comunicación
diciendo dos cosas: El niño había fallecido a causa de la difteria, sin ninguna
duda. No comentaron nada del agravamiento que sufrió el niño, después de
haberle administrado el suero, no comentaron cómo pudo morir un niño (aunque
fuera de difteria) en una moderna unidad de cuidados intensivos… sólo añadieron
la sentencia de que los responsables… eran los padres por no haberle vacunado.
El caso ha durado poco más de un mes en los medios de
comunicación y luego desaparecerá de la memoria colectiva; la velocidad de la
existencia en este tiempo que nos ha tocado vivir lo exige así. Y en el
consciente colectivo y en las estadísticas nacionales aparecerá este caso como
un caso único en España desde hace 30 años. Pero antes de que eso pase a la
historia, queremos proponerle al lector, como siempre, unas cuantas reflexiones
que quizá le ofrezcan unas respuestas que no esperaba, veamos:
Lo primero que podemos sacar del relato de los hechos
descritos por los técnicos oficiales que han llevado el caso, es que, según la
medicina moderna, lo único que puede diferenciar un cuadro de amigdalitis con
placas de un cuadro típico de difteria es el test que le realizaron en el
Instituto Carlos III. Si este test hubiera dado negativo, el niño hubiera
seguido siendo tratado de una amigdalitis vulgar con antibióticos y
antipiréticos y seguramente se habría curado en una semana.
Este test parece ser la fórmula definitiva de diagnosticar
la difteria, pero recordemos que se afirma eso del test después de más de cien
años de asegurar que la presencia de bacilos era la prueba y la causa de la
enfermedad. Nosotros no valoramos ni discutimos la inhabilidad del test, pero
la ciencia médica oficial dice que es la prueba definitiva y que está a
disposición de los médicos españoles desde el año 2007.
Pero si todo esto es verdad como afirman los responsables de
Sanidad, y sólo por medio de un test de hace siete años se puede saber
científicamente si unas amígdalas inflamadas son diftéricas o no…nosotros no lo
discutimos porque como nuestro venerado filósofo, el viejo Sócrates, no sabemos
nada… sólo nos hacemos preguntas y se las proponemos al lector: considerando
que la difteria se puede diagnosticar con seguridad y diferenciarla de las
anginas comunes desde hace ocho años, por mediación del único test o prueba
analítica infalible admitido por la ciencia actual[1]… podemos preguntarnos
lógicamente...
¿Cómo se diagnosticaba la difteria a principios del siglo
veinte, sin la existencia del test? ¿cómo hemos podido diferenciar los médicos
españoles durante toda nuestra vida, un cuadro de anginas de un cuadro de
difteria, admitiendo que nunca hemos utilizado el nuevo test?... Naturalmente, no lo hemos utilizado porque
siempre hemos tratado los cuadros de amigdalitis como si fueran casos de
amigdalitis, no teníamos dudas y no teníamos sospechas… ni un ojo clínico tan
poderoso como el del Dr. Schneider, simplemente, los tratábamos como un cuadro
de anginas y los curábamos con o sin antibióticos. Y esa es la causa de que los
médicos españoles y europeos no tengamos conciencia de habernos encontrado
nunca con un caso de difteria.
La amigdalitis aguda
nunca ha sido un cuadro difícil de tratar y, este médico, no recuerda ningún
caso de amigdalitis aguda que no curase en un periodo de más o menos una
semana. Hemos tratado cientos, quizá miles, en más de treinta años de ejercicio
de la medicina, y no creemos que las amigdalitis sean difíciles de tratar;
nunca se nos ha presentado un caso que terminara fatalmente; y estamos seguros
de compartir esta opinión con la mayoría de los médicos en activo en consultas
de la seguridad social de todo el país.
Otra información, perfectamente oficial, que nos ha llegado
del caso es que, para buscar el supuesto foco de la infección, se les hizo el
infalible test a las personas del hábitat mas cercano al niño… e inesperadamente para los técnicos, dieron positivo
al test varias personas que estaban vacunadas, concretamente 8, entre un total
de 57, es decir, un 18%.
Inexplicablemente se les administró antibióticos aunque estaban sanos y
sin ningún tipo de molestia ni síntoma. No tenían ninguna molestia pero, se les
administró antibióticos porque el test decía, clara y analíticamente, que
tenían la difteria.
Si alguno de ellos hubiera presentado una amigdalitis en ese
mismo momento… ¿se le hubiera administrado el suero antidiftérico?
Afortunadamente, estos portadores sanos no presentaban amigdalitis y eso quizá
les salvó de ser etiquetados de diftéricos y de que les inyectasen el suero.
Pero si en el entorno limitado del niño de Olot han
encontrado, analíticamente, “difteria” con facilidad y rapidez en varias
personas sanas… hay que seguir haciéndose unas reflexiones lógicas y
contestárselas:
¿Qué pasaría si nos
hicieran el test a toda la población?.... Hay que pensar que, como ha ocurrido
en Olot, habrá que esperar que muchos vacunados (un 18% de la población) y no
vacunados (no sabemos cuántos) den positivo al test que denuncia que padecemos
la enfermedad, la supuesta difteria.
¿Qué le hubiera pasado a las generaciones de españoles que,
como el autor, padecimos de anginas en los años sesenta y nos las extirparon?…
¿qué nos hubiera pasado si nos hubiesen sometido al test? Lo lógico es que
muchos (no sabemos cuántos, un 18% o más) hubiéramos dado positivo y en vez de
recibir antibióticos y amigdalectomía, hubiéramos tenido que enfrentarnos a los
sueros antidiftéricos. Menos mal que los médicos que nos tocaron en suerte ya
habían abandonado la costumbre de nombrar y de pensar en la difteria cuando
veían un cuadro de anginas y no tenían, todavía, a disposición… el test
definitivo.
¿Qué hubiera pasado con los miles de casos de amigdalitis
aguda que hemos atendido los médicos españoles en estos 30 últimos años, si les
hubiéramos sometido al nuevo test?
La respuesta es
clara: en vez de tratarles y curarles con facilidad una amigdalitis, a muchos
de ellos, les hubiéramos diagnosticado de difteria. Y ellos como pacientes y
nosotros como médicos nos hubiéramos tenido que enfrentar a los peligrosos
sueros antidiftéricos que hubiéramos tenido que prescribir. Por fortuna para
pacientes y médicos españoles, las amigdalitis agudas con placas o anginas,
sólo han sido eso y nada más; las hemos tratado como lo que eran, nunca pedimos
ese test… durante treinta años… y se han curado.
¿Serían las estadísticas las mismas que han sido sin el
test? Naturalmente que no. No
llevaríamos 30 años sin casos de difteria, como se ha demostrado claramente en
Olot. Si los médicos españoles que fuimos formados en los setenta se nos
hubiera entrenado para hacer el diagnóstico diferencial, entre una difteria y
una amigdalitis aguda con placas, con ese test… con los datos que tenemos y nos
han relatado las autoridades técnicas que han llevado el caso, hay que concluir
lógicamente que no llevaríamos 30 años sin difteria en España sino que, como
mínimo, el 18% de la población de ciudadanos que han tenido anginas, y que
están operados de amígdalas hubieran tenido en realidad difteria.
Y por último, ¿qué pasaría si a raíz del caso de Olot y
siguiendo el ejemplo de Schneider, a partir de ahora, los médicos españoles
hacemos el test en todos los casos que nos encontremos de amigdalitis en
placas?
Si lo aplicamos a
partir de ahora, es lógico pensar, que volverá la difteria (de hecho ya ha
vuelto en Olot, donde el 18% de la población da positivo al test de difteria) a
las estadísticas españolas, y volveremos a tener que fabricar sueros y
aplicarlos a los niños con amigdalitis que, durante todos estos años, se han
curado las amigdalitis con placas, sin necesidad de utilizar sueros.
[1] Se
utilizan dos tests: el ELEK para distinguir la bacteria que se considera capaz
de segregar la toxina que produce la difteria de otras denominadas
“difteroides” y la PCR que detecta la presencia del gen de la toxina y es el
que se considera definitivo. Sin embargo los propios documentos oficiales de
los protocolos de actuación ante casos de difteria reconocen su falta de
fiabilidad. Así, el Protocolo de Vigilancia de Difteria elaborado por la
Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica
dice en la página 106 sobre la PCR aplicada a la Difteria: “Sin embargo no demuestra si la cepa expresa la toxina diftérica por lo
que sus resultados deben ser interpretados con cautela ya que algunos
aislamientos de las especies toxigénicas de Corynebacterium poseen el gen de la
toxina pero biológicamente no la expresan”. Documento completo en Internet: http://www.isciii.es/ISCIII/es/contenidos/fd-servicios-cientifico-tecnicos/fd-vigilancias-alertas/PROTOCOLOS_RENAVE.pdf. El asunto es mucho más grave cuando se sabe
algo desconcertante: que además de las diftéricas existen otras bacterias
capaces de producir la toxina de la difteria, como la C. Ulcerans y la C.
Pseudotuberculosis (A Efstratiou, RC George “Laboratory guidelines for the diagnosis of infections
caused by Corynebacterium diphtheriae and C. Ulcerans”. Commun Dis Public Health 1999: 2: 250-7; https://www.gov.uk/government/uploads/system/uploads/attachment_data/file/355490/guides_coryne.pdf).
Desmontando el caso Olot
Entregas anteriores:
8 comentarios:
Ni siquiera creo que el niño haya muerto solo por la peligrosidad del suero. Sospecho que ha sido asesinado para dar un "escarmiento" a los "antivacunas".
Desgraciadamente, Anónimo, no lo descarto.
Una pregunta. Si se hubiera tratado como una amigdalitis se hubiera curado? Gracias
Perdón escribí antes de leerlo todo. Y porqué no se publica esto en los telediarios? Es indignante
La familia sabe de todo esto?
Que yo sepa, no.
J
Y no se le puede informar por si se puede denunciar? Como padre de bebé no vacunado puedo caer en uno de ellos que quiera "darme una lección". Gracias
mi nombre es Morgan, del estado unido de América. quiero compartir este maravilloso testimonio, para que las personas que están en el mismo problema que yo era antes de que yo quise decir médico Aluta. yo estaba viviendo con el VIH durante el pasado 1 año, el mes pasado como yo estaba navegando en la red, vi un testimonio de alguien que se llama belleza, testificando de cómo ella se curó del VIH por el doctor Aluta, y me decidí a correo electrónico también y decirle él acerca de mi problema, y como yo lo hice, me dijo que me enviara algunos detalles que lo hice, y entonces él me dijo que esperara para algunos, y después de una semana él me dijo que fuera para otra prueba del VIH, lo que hice, y para mi mayor suprimir fui confirmado negativo. todas las gracias al doctor Aluta, y es que usted sabe que usted está en este problema le envía por correo electrónico ahora ::: hivspelltemple@gmail.com ::::::: y creo firmemente que él te ayudará tal como lo hizo la mía. Si desea chicos toda suerte. WhatsApp en imo 2348103753977
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