jueves, 28 de abril de 2016

Desmontando el caso Olot

Por tratarse de un caso especialmente mediático pero también extraordinariamente clarificador, reproduzco aquí en varias entregas, con permiso de nuestro editor, el capítulo 5 de la Primera parte del libro Vacunas: una reflexión crítica (Madrid, Ediciones i, Dr. Enric Costa Vercher y Jesús García Blanca). Animo especialmente en este caso a hacer comentarios críticos y a compartir reflexiones o preguntas en el grupo de facebook creado hace unos meses para debatir sobre el libro: Grupo de debate sobre libros.




Desmontando el caso Olot

(1) Difteria: un nombre maldito para una enfermedad común y corriente.

De todas las nuevas vacunas antibacterianas que nos hemos puesto los ciudadanos actuales del tercer milenio, vamos a tomar la de la difteria como ejemplo de todas ellas; pero informando al lector de que su historia y la información que aportaremos, es semejante a la de todas las demás, es decir, todas las vacunas para prevenirnos de infecciones bacterianas tienen, como decimos, la misma historia científica, la misma historia mediática y comercial.


(2) El lenguaje como creador y transformador de realidad.

La difteria pasó a llamarse amigdalitis aguda en placas (estrepto o estafilococcica) se trató con amigdalectomía y antibióticos y desapareciendo el terrible nombre de Difteria… y cambiando el nombre… desapareció la terrible e histórica enfermedad. Fue un cambio de nombre que, casualmente, tuvo su efecto favorable sobre la salud de los españoles, los cuales no volvieron a padecer la difteria y a recibir peligrosos sueros antidiftéricos desde los años sesenta, desde que se cambió de nombre a la enfermedad y, por tanto, cambió su tratamiento… y hasta ahora.


(3) El hechizo de la palabra en sentido inverso. Olot 2015.

El foco de infección provenía de varias personas del entorno del niño que estaban vacunados; les llamaron portadores sanos y explicaron que éstos vacunados habían transmitido el bacilo asesino al niño no vacunado. Llegados a esta conclusión volvieron a cargar, en todos los medios de comunicación, contra los irresponsables padres que no vacunan a sus hijos.


(4) La inocencia de los que no se vacunan. La falacia de la inmunidad de rebaño.

A los no vacunados, se les puede tachar, desde el punto de vista del sistema oficial, de ilusos, de masoquistas, de hippies, de temerarios, de irresponsables…  pero ha quedado bien claro que no se les puede acusar de ser un peligro para los demás ciudadanos que están vacunados, puesto que éstos son portadores sanos que pueden infectar y además, según la doctrina oficial, no pueden ser infectados: ¿qué peligro les acecha entonces?



(5) El test de la verdad: la última palabra de la ciencia.

Pedimos atención especial al lector porque en las reflexiones sobre esta prueba diagnóstica, este test moderno que es el único método objetivo y aceptado por el sistema oficial, capaz de hacer un diagnóstico diferencial correcto entre unas anginas y una difteria, encontrará la respuesta a toda la realidad de la historia de las vacunas; ahora que estamos llegando al final de la película va a descubrir la verdad.


(6) Historias de toda una vida... que no eran verdad.

¿Con qué grado de objetividad científica puede afirmar una estadística del ministerio de sanidad, como la que hemos mostrado, que en el año cuarenta había muchos casos de difteria y que en los setenta ya no había difteria en España, si ni en primera fecha, ni en la segunda se había aplicado el test infalible que distingue, según la doctrina médica de última hora, a la amigdalitis aguda de la difteria?


Más información:

Presentación del libro en Barcelona
Entrevista con el Dr. Enric Costa


2 comentarios:

margarita dijo...

Hola Jesús. He pensado que quizá tú pudieras aportar lo que se sabe por parte del lado no oficial sobre el caso de Andrew Wakefield en wikipedia, como se ha hecho con otros personajes, pues ahí falta la información de Discoverydsalud : https://es.wikipedia.org/wiki/Andrew_Wakefield. Es que yo no domino bien la informática ni tengo mucho tiempo...

laura dijo...

Hola Jesus, que alegria ponerme en contacto contigo, acabo de leer el libro de vacunas, y me ha encantado, lo cogi de la biblioteca y ahora me lo voy a comprar. gracias tambien a Enric, he intentado encontrar su email, para agradeceros a los dos vuestras palabras escritas que me han hecho poner la pieza del puzzle del sentido de la vida que me faltaba , ahora todo tiene su sentido. muchas muchas gracias, no tengo mas palabras