La OMC protege el modelo médico farmacológico dominante
La Organización médica colegial es un instrumento para controlar a los médicos y proteger el modelo médico que domina en nuestras sociedades basado fundamentalmente en los fármacos y controlado o condicionado en gran medida por los laboratorios que los fabrican. Las comisiones deontológicas y el más reciente proceso de validación periódica de la colegiación son herramientas para ejercer este control, condicionar a los médicos críticos y tomar medidas disciplinarias contra aquellos que desafían abiertamente las directrices del Consejo General de Colegios de Médicos integrando en su práctica diaria métodos o enfoques alternativos, naturales o tradicionales, métodos y terapias éstas cada vez más buscadas por la ciudadanía a la vista del fracaso cada vez más evidente de un modelo que –según afirmaba recientemente Peter Goetzsche, uno de los fundadores del prestigioso grupo Cochrane- se ha convertido en la tercera causa de muerte en el mundo.
Que el actual modelo médico dominante es un fracaso
constatado en lo que se refiere a una comprensión global de la salud y al
tratamiento de numerosas enfermedades, especialmente las más graves,
degenerativas y crónicas, es algo evidente para quienes nos dedicamos a investigar
y analizar los temas de salud y medicina, aunque mantiene su credibilidad ante
gran parte de la ciudadanía y sobre todo su poder e influencia gracias a la
labor que vienen realizando numerosas organizaciones e instituciones tanto
internacionales como nacionales, públicas y privadas, gubernamentales y
supuestamente “independientes”, todas ellas controladas o condicionadas en
mayor o menor medida, directa o indirectamente por el gran capital a través de
fundaciones y empresas, en particular grandes corporaciones alimentarias,
farmacéuticas y biotecnológicas.
En ese conjunto de organizaciones, una pieza peculiar e
indispensable –por su relación directa con los médicos- es la que constituyen
las organizaciones profesionales que agrupan y representan a los médicos en los
distintos países, en el caso concreto de España, la Organización Médica
Colegial (OMC) que vamos a analizar a continuación.
Jesús García Blanca
Discovery Dsalud, 192. Abril, 2016.
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DOS CASOS DE EXPEDIENTES
CONTRA MÉDICOS CRÍTICOS
El Dr. Enric Costa Vercher es un médico de familia
valenciano que en 1993 decidió recoger en un libro sus observaciones de
enfermos de SIDA en cuatro hospitales públicos de la ciudad de Valencia, las
reflexiones que se hizo y las conclusiones a las que llegó, cuestionando
radicalmente la teoría oficial al respecto. El libro, cuyo título era SIDA:
Juicio a un virus inocente incluía además una segunda parte, aún más crítica,
en la que se cuestionaba la teoría microbiana de la enfermedad así como la
utilidad de las vacunas.
Pues bien, el 28 de febrero de 1994, apenas unos meses
después de publicado el libro, recibió un escrito del Colegio Oficial de
Médicos de Valencia, en el que se encontraba –y se encuentra- colegiado, en el
que –entre otras cosas- se decía: “Por el presente le comunico que la Junta
Directiva del Colegio de Médicos de Valencia, en su sesión de Pleno de fecha 2
de Diciembre de 1993 ha acordado incoarle a Ud. expediente disciplinario de
conformidad con el art. 63.1 de los Estatutos Generales de la OMC y 63 de los
Estatutos Particulares”.
Personado en el colegio para informarse sobre los
motivos de tal decisión, la secretaria de la entidad le informó que la apertura
de expediente se debía efectivamente al libro recién publicado en la editorial
Mandala.
Afortunadamente, en este caso, el expediente no siguió
adelante, posiblemente –nos comenta el Dr. Costa- porque durante el mes de
marzo, se produjo la visita a España del Dr. Kary Mullis, prestigioso químico
que había recibido el Premio Nóbel por su descubrimiento de la técnica PCR y
que públicamente puso en cuestión la teoría viral del SIDA. Estas
declaraciones, reproducidas en la prensa española del momento quizá influyeron
en el hecho de que el Colegio de Médicos corriera un tupido velo sobre el
expediente del Dr. Costa.
El Dr. Vicenç Herrera es un médico barcelonés especialista
en medicina tropical y salud comunitaria. En 1996 fue inhabilitado por el
Colegio de Médicos de Barcelona tras el fallecimiento de cáncer de una mujer a
la que visitó una única vez y cuyo marido había interpuesto una denuncia
alegando que el Dr. Herrera había recomendado retirar la quimioterapia. A pesar
de que la jueza Anna Grau archivó el caso argumentando que la justicia no podía
“demonizar” el método Hamer si la medicina no lo hacía previamente, y desestimó
posteriormente un recurso para reabrirlo,
Herrera fue inhabilitado dos años por
dos faltas consideradas graves por el colegio médico: la primera –la
recomendación de retirar la quimioterapia- supone para la comisión deontológico
“cometer en el ejercicio de su profesión actos u omisiones que atentan contra
la dignidad, el prestigio y la honorabilidad de la profesión médica”. Y la
segunda consistió en “haber divulgado y presentando como idóneas y eficaces”
las teorías de Hamer. Puede verse nuevamente que las sanciones no se justifican
aludiendo al daño causado a la paciente, sino a la profesión médica.
En cuanto
a la jueza, mencionaremos que sufrió una auténtica campaña mediática de acoso
por el archivo de la causa.
4 comentarios:
¡Bravo Jesus! La censura sobre la mafia que dice velar por nuestra salud tiene que ir acabando. Recomiendo un libro alucinante, que es:
"Medicamentos que matan y crimen organizado" de Peter Goetzsche.
Gracias por tu trabajo.
Este otro libro también es muy recomendable en este sentido: "Descubrimientos médicos no autorizados". ediciones Obelisco
Hola Jesús, ¿es cierto que necesitamos la tecnología para que no aumente la mortalidad infantil en los partos?
Saludos.
Gracias, Anónimo. Conozco bien el trabajo Gotzsche, de hecho lo cito en el próximo artículo que saldrá en Discovery DSalud sobre la Farmafia.
Sin embargo no conocía el que me recomiendas, Begoña. Ya lo buscaré. Gracias!
En cuanto a los partos, Anonimo, yo creo que la tecnología tiene su lugar, pero solo en casos muy muy concretos que además se reducirían drásticamente si mejoraramos las condiciones naturales en las que debe transcurrir un parto. Mi referencia en esto es Michel Odent.
Salud
J
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